Review: Zultan Aeon, platos de bronce B25 para el baterista versátil

Los Zultan Aeon son unos platos que se distinguen del resto por un detalle poco habitual: están fabricados en bronce B25, una aleación que no suele verse en el mercado. Para entender qué implica esto, conviene repasar brevemente las aleaciones más comunes. El B8, típico de los Paiste 2002, ofrece un sonido brillante y agudo, muy asociado al rock. El B20, la aleación clásica de los platos turcos, es algo más cálido y versátil. Siguiendo esa lógica, el B25 debería situarse un paso más allá en calidez, y eso es precisamente lo que encontramos en estos Aeon.

Lo primero que llama la atención visualmente son las campanas sin tratar. Al no estar torneadas, generan un sustain con armónicos más ricos y complejos. Además, son campanas prominentes, lo que se traduce en mayor sustain general.

La forma de los platos recuerda ligeramente a un paraguas: no son completamente planos, pero tampoco tienen una curvatura extrema. Esto les da una nota fundamental que no es excesivamente grave, pero tampoco aguda. El surco (los círculos concéntricos del plato) es pequeño, lo que aporta propiedades más brillantes. El martilleo es suave, permitiendo una buena proyección y producción de sonido sin sacrificar por completo el tono oscuro.

En cuanto al perfil, la mayoría de los platos del set son de grosor medio, lo que les otorga buena definición de baqueta. La excepción es el Thin Crash de 18", que al ser más fino abre más rápido y tiene una nota ligeramente más grave.

Para esta review hemos probado un set compuesto por hi-hat de 14 pulgadas, ride de 22 pulgadas, crash de 19 pulgadas, thin crash de 18 pulgadas y un crash de efectos (FX) de 18 pulgadas con agujeros.

El sonido del chic es definido y con volumen considerable, prácticamente al mismo nivel que cuando se toca con la baqueta. Esto abre muchas posibilidades: llevar subdivisiones con el pie mientras se hace otra cosa, o alternar entre pie y mano sin diferencias bruscas de volumen. El foot splash también tiene buena presencia.

El carácter general tira hacia lo oscuro pero con buena definición. Las aperturas tienen un sonido peculiar, difícil de describir, que podría calificarse como "hueco": algo que no se escucha habitualmente en otros platos. Es un hi-hat versátil que funcionará bien en funk, soul o rock no muy pesado, aunque para metal extremo o guitarras muy distorsionadas se quedará corto en brillo.

Estos son los platos que más han destacado del set. La relación tonal entre ambos es muy buena, y aunque el thin crash de 18" debería explotar más rápido por su perfil fino, el de 19" también tiene una apertura rápida. Ambos sirven perfectamente para finalizar frases o dar acentos.

El sustain es especialmente bonito: dulce, controlado y muy gradual en su caída, creando una cama de armónicos agradable. La definición de baqueta es buena, permitiendo usarlos incluso a modo de ride si se tocan con moderación (aunque el wash empezará a comerse la definición si se golpea fuerte). Las campanas son prominentes y cortan por encima del wash, lo que añade versatilidad.

Este crash de efectos con agujeros funciona como un híbrido entre crash y china. Tiene el ataque explosivo de un crash pero con un carácter más trashy por los agujeros. El decay es rápido y el sustain tiene poca cola, con un sonido que podría describirse como "soplado". Es una buena opción para quien busque algo menos agresivo que un china pero que explote y se calle rápido.

El ride ha resultado más brillante de lo esperado, algo atribuible a su tamaño y perfil medio: hay mucho metal, y eso genera un sonido más agudo. La definición del ping es clara y la campana, al ser alta y prominente, destaca con facilidad incluso cuando el plato está vibrando.

El punto débil aparece al usarlo como crash. Al tener tanta masa, el volumen se dispara muy por encima del de los crashes del set. No es un defecto como tal (es un ride, no un crash), pero quienes busquen un plato que cumpla ambas funciones deben tenerlo en cuenta. Si se crashea con moderación, el sustain es bonito y la apertura es lenta y controlada.

Como set, los Zultan Aeon forman un conjunto equilibrado con buena relación tonal entre todos los platos y volúmenes similares (salvo el ride al crashearlo). Son platos versátiles que funcionarán bien en estilos que no se vayan a los extremos: ni muy oscuro ni muy brillante. Funk, soul, pop, blues, rock e incluso metal moderado son terrenos donde se moverán con soltura.

Zultan lleva tiempo ofreciendo platos artesanos turcos a precios inferiores a las cuatro grandes marcas del mercado. Si no se tiene "marquitis" ni se busca un sonido muy específico de una gama concreta, los Aeon son una opción de buen sonido a menor precio que merece considerarse.

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