joman777 escribió:
joder esa es la pregunta que valen unl millon de las farmaceuticas ......
dejar de meter miedo al personal ... una buena alimentación sana , natural .... y menos mierda quimica
cuando la gente empiece a entender que es mejor andar por la vida comiendo , bien , sano que ir con un buen coche etc.. , algunos van a empezar a ver mermado su negocio ..
La conferencia del día es sobre las enfermedades cardiacas, sin duda un tema atemorizante (el público son jubilados canadienses). La primera parte de la charla de McComarck y Rango está diseñada para ayudar a la gente a entender algunos de los trucos estadísticos empleados para vender medicinas a personas que en otras condiciones se considerarían sanas. James McComarck siempre comienza presentando la siguiente situación:
"Imaginen que su médico acaba de decirles que tienen un "factor de riesgo" ante las enfermedades vasculares; puede ser la tensión arterial o el colesterol alto. Pues resulta que hay un medicamento que trata ese factor de riesgo, no produce efectos secundarios y está cubierto por la Seguridad Social o por la Mutua. Les voy a presentar los resultados de tres estudios diferentes y voy a preguntarles si según estos resultados estarían de acuerdo en tomar este fármaco todos los días de los siguientes cinco años. No hay respuestas correctas o incorrectas, simplemente es su decisión". En ese momento James suele proyectar esta diapositiva:
"¿Tomaría usted un medicamento durante cinco años si...[INDENT]a) ...redujera en un 33% sus probabilidades de sufrir un ataque al corazón?
b) ...redujera sus probabilidades de sufrir un ataque al corazón del 3 al 2%, es decir, una reducción del 1%?
c) ...salvase a una persona de cada cien de sufrir un ataque al corazón aunque no hubiese manera de saber por adelantado a quién salvaría?"
[/INDENT]"A ver, ¿cuántos de ustedes tomarían ese fármaco si obtuviese los resultados del caso A?", pregunta James. Y alrededor de un 80 o 90% de la audiencia levanta la mano. "¿Y en las situaciones B y C?" Un 20% de los oyentes levanta la mano. James y Bob hacen una pausa para que digieran los datos antes de rematar: "Pues lamentamos decírselo pero han caído. Lo que acabamos de exponer es exactamente el mismo resultado pero presentado de tres maneras diferentes".
Normalmente una expresión de sorpresa brota de la audiencia. Algunos ponen cara de no creérselo, otros de enfado o perplejidad. Pero llegados a este punto de la presentación la mayoría no puede despegarse de sus asientos y quiere saber más. Bob coge el micrófono de manos de James.
"A ver, el truco es el siguiente. No se sientan mal. A los médicos les engañamos de la misma manera todo el tiempo. Si en principio el riesgo de sufrir un ataque al corazón es del 3% y yo les ofrezco una píldora que lo reduce en un 33% éste baja del 3% al 2%. ¿Entienden?
El 2% es un 33% menos que el 3%. Pero es también un 1% de diferencia total. Incluso las personas a quienes las matemáticas se les hacen cuesta arriba, como James, saben que si pasas de un 3% a un 2%, sólo hay un 1% de diferencia. Fácil, ¿verdad?."
La razón por la que esta revelación es tan importante se debe a que con frecuencia los fármacos se promocionan mediante este truco estadístico tendente a exagerar los beneficios.
Por ejemplo, en anuncios dirigidos a médicos y pacientes se afirma que un fármaco ofrece una reducción del 33% en el riesgo de sufrir un ataque cardíaco sin explicar que en realidad habría que tomar la medicación durante cinco años para reducir el riesgo del 3 al 2%. Como Bob y James explican cada vez que dan la charla se trata de un 33% en términos 'relativos'.
En términos 'absolutos' se trata de una reducción de un 1%, del 3 al 2%. Diversos estudios muestran que las personas son mucho más reacias a usar un fármaco si se les muestran las cifras absolutas. Lamentablemente en muchos artículos sobre fármacos que aparecen en los medios también se tiende a emplear la versión más exagerada omitiendo las cifras absolutas que resultan mucho más informativas".
Lo terriblemente curioso es que a veces los medicamentos promocionados provocan el mismo daño que aparentemente curan: la terapia de sustitución hormonal a largo plazo incremento los riesgos de infarto en las mujeres, y los antidepresivos parecen aumentar el riesgo de suicidio entre los jóvenes consumidores.
joder , si es que esto es mas viejo ya que el TBO
Una alimentación sana, natural y menos mierda química, bien, analicemos:
Alimentación sana: deducimos que por sana se entiende una alimentación equilibrada, que se ajusta a las necesidades de una persona en concreto dados distintos factores como su salud, edad, fisiología... Llegados a este punto, es obvio que es más sano tomar suplementos de calcio que no tomarlo, si tenemos una carencia de calcio en nuestra dieta.
Alimentación natural: a tu cuerpo, fisiológicamente, le da exactamente igual si las proteínas que entran en tu cuerpo son de un filete de pollo kun-pau con soja macrobiótica o de un suplemento alimenticio comercial.
Mierda química: Esto es interesante, la vida en todas sus formas se basa en miles de millones de procesos químicos, lo que pasa que si se trata de frikis con bata blanca ya la cosa no mola.
El rollo es que, normalmente, el perfil de persona que no quiere gastarse 80 céntimos en la "mierda química" de un medicamento que podría salvarle la vida disminuyendo su riesgo de padecer una enfermedad terminal en un 33%, 1% o uno de cada cien casos, pero luego se gasta 35 euros en las pastillas de própolis, que me ha dicho Mari Pili, la de Yoga, que equilibran el chacra a tope.
Y, de nuevo, los antidepresivos no aumentan el riesgo de suicidio entre los jóvenes. La depresión (motivo por el cual se toman los antidepresivos) puede conducir al suicidio. Es una falacia como una catedral, como si te digo que las cajas fuertes aumentan el riesgo de robo, en todo caso, las cosas que se guardan en cajas fuertes son las que más merecen la pena ser robadas.
Otra cosa es que haya ciertos medicamentos que produzcan efectos rebote o efectos secundarios, pero eso SIEMPRE se especifica en el prospecto, además de que dichos riesgos tienen que ser mínimos comparados con los beneficios del medicamento para que este sea comercializado.