A veces me pregunto...
Porque cuando escucho algún producto nacional de música virtuosa (y con virtuosa me refiero a música en donde los músicos son músicos de muchas horas de estudio, música en la que se observa una perfecta ejecución de varios estilos arropados con regusto Jazz fussion, música donde los músicos hablan a la perfección el mismo idioma) y sobre todo música plasmada con mucha inteligencia e impecable buen gusto. Porque, decía, cuando escucho esta música, como es el caso de Llibert, como es el caso de los acompañamientos de Marc Miralta a los tambores, y muchos otros productos nacionales, me vienen a la cabeza todos los adjetivos que ya he comentado más arriba mucho más claros, más obvio, con más sentido.
Y entonces creo que sencillamente es por la proximidad, por que quizá, esos músicos que han querido plasmar en una grabación lo que ellos entienden por MUSICA en mayúsculas, han vivido una realidad, unas incluencias y unas experiencias mucho más parecidas a las nuestras que los grandes weckls, erskines o Gadds.
Y de nuevo vuelvo a tener esa sensación con el disco de Reija. De nuevo, en la primera escucha, ya notas que ese disco te va a gustar mucho, de nuevo, se presenta la verdad disfrazada de música con una ejecución y un buen gusto emocionantes.
Y es que realmente es bueno este disco, no encuentro más adjetivos que los ya expuestos para recomendároslo y deciros cuanto me ha gustado.
Gracias Xavi