Si no me equivoco, cuando se lo compré a un viejo y gran amigo mío hace unos 10 o 12 años, me había comentado que era Made in Turquía. Ese plato tiene su historia, a parte de tiempo que creo que me supera en edad (a pesar de mis 34 primaveras).
Estéticamente, a la vista quizás no sea muy atractivo. Lo digo por la falta de brillo que por mucho que lo intento no soy capaz de sacarle. Además tiene como una mancha que cubre la mitad del plato pero parece ser que es de la propia aleación que hace que tenga esos dos tonos. Pero el martilleado a mano te deja sin palabras...
El sonido, pues que decir, es un caramelo, una delicia, una dulzura al oirlo.
Y sobre conservarlo, lo hago más que mi vida, jajajajaja, puedes estar seguro. Lo tengo como oro en paño. En su día me llegaron a ofrecer 50.000 de las antiguas pesetas por el pero no lo vendo por nada en el mundo, sobretodo por eso del valor sentimental.
Un saludote.