Esta no es la historia de una banda de culto religioso ni de un joven pastor que escribe canciones. Es la historia de un tipo buscando la salvación con una guitarra.
Mike Farris no es el tipo de persona que podrías encontrarte frente a un altar en un meeting religioso para jóvenes. Él se está recuperando de su adicción al alcohol y a las substancias químicas. Lleva limpio 2 años, luchando cada día por seguir así, y estas son las canciones que han salido de su proceso de salvación.
Salvation in Light es un álbum que representa todo un recorrido, desde el río Mississippi en New Orleans, a través de Memphis y hasta alcanzar otros puntos del norte del país. Grabado en la misma casa-estudio donde Mike White, líder de los White Stripes y los Raconteurs, grabó el aclamado álbum de Loretta Lynn "Van Lear Rose", este disco de Mike Farris usa el lenguaje de los espirituales, historias eternas de lucha, centenarias canciones de esclavos y un toque de soul, para explicar una historia única de redención.
"Cuando toco música es como una oración", dice Farris, "me siento más cerca de Dios que nunca. Esta es la mejor manera de retratar lo que siento en mi corazón".
Farris ha grabado Salvation in Light con una banda que incluye a Dave Roe (bajista de Johnny Cash), la cantante Ann McCrary (hija del fundador de Fairfield Four, el Reverendo Sam McCrary) y otros músicos de primera línea de Nashville. Farris planta sus raíces de forma muy profunda en temas tradicionales como "Oh Mary Don't You Weep" y "Can't No Grave Hold My Body Down". "A Change Is Gonna Come" y "I'll Take You There" provienen de un movimiento soul que se identifica con la lucha, la búsqueda de las cosas transcendentales y la paz. Estas canciones son auténtico Gospel de Nueva Orleáns de principios de siglo.
"Hay algo en esa música que me conmueve como nada", dice Farris, "escuchar cantar a alguien como Skip James o Marvin Staples cantando es doloroso, espiritual, profundo y revelador. Es como alguien poniendo un poco de luz en el alma, en lo que realmente afecta a la gente".
Canciones originales como "Selah! Selah!" y "The Lonely Road" evocan la música soul de la Stax y el funk de Willie Mitchell en Hi Records. Algunos ven la influencia de Tom Waits y Bob Dylan. Otros ven un cruce entre Johnny Cash y una banda de funeral de Crescent City.
"Cuando era niño teníamos 5 discos en casa, tres de ellos eran de Johnny Cash", dice Farris, "no me daba cuenta de la influencia que ese material tenía en mí". De todas maneras, el mejor reflejo del viaje de Mike Farris es "Precious Lord Take My Hand". Escrito por Thomas A. Dorsey, un compositor e intérprete de blues que más tarde se convertiría en el "padre de la música Gospel" , este tema es una súplica para que "guíen mis pies a la luz". Farris se ha apropiado de este tema , transformando el Gospel en blues santificado con toques alegres y festivas secciones de viento y slide. "Esta fue la última canción que grabamos para el disco, cada vez que entrábamos en el estudio lo intentábamos, sentía que tenía que formar parte del disco". La letra de esta canción tiene un gran paralelismo con vida de Farris.
A punto de morir de una sobredosis antes de cumplir los 21, Farris hizo un llamamiento desesperado a Dios, y Dios le respondió.
"Me trasladé con mi padre", recuerda Mike, "él tenía una guitarra y aprendí a toarla yo mismo. Empecé a escribir canciones, canciones que me hacían sentir mejor. Pero tan pronto Dios me dio ese don yo empecé a destruirlo".
Ese fue el inicio de un viaje de 15 años hasta volver a Dios.
Farris continuó escribiendo y formó una banda, the Screamin´Cheetah Wheelies. LA banda tuvo cierto éxito y firmaron un contrato con Atlantic Records. Tuvieron un top ten en emisoras de rock, fueron de gira con gente como Blues Traveler, Joan Osborne, Dave Matthews Band, ZZ Top o los Llaman Bros, pero en su interior Mike sabía que los clubes y bares donde tocaban eran el último lugar donde alguien con sus problemas necesitaba estar.
"Me auto convencí", dice, "me dije que podía ir y cantar mis canciones y ayudar a la gente. Pero no era lo suficientemente fuerte y me comió vivo".
Sus adicciones volvieron, como una venganza, durante toda la existencia de los Wheelies y más allá. Incluso cuando Mike pasó a ser el cantante de los Double Trouble, la sección rítmica del legendario Stevie Ray Vaughan.
Desde las primeras entrevistas Mike Farris manifestó su profunda admiración por esas canciones de Gospel de profunda inspiración sureña. "No paraban de resonar en mi cabeza", dice.
En invierno del 2004, Farris se encontró en una situación límite mientras permanecía al lado de la tumba en el entierro de un familiar. "Me di cuenta de lo cansado que estavatras tantos años corriendo y simplemente quería volver a casa, como el hijo prodigo", dice Farris, "ya tenía suficiente y decidí no volver a ser ese hombre jamás".
Con la ayuda de su familia y la iglesia, Farris volvió a estar sobrio y pronto volvió a escribir para sentirse mejor. Rápidamente se dio cuenta de que las nuevas canciones que escribía encajaban muy bien con esas viejas canciones que le habían acompañado todo el camino. "Finalmente dije: `es hora de coger esas canciones tradicionales de principio de siglo y añadirles estas que estoy escribiendo y que suenan similares. Eso es lo que quiero hacer'. Lo vi muy claro".
Nuevas canciones como "Devil Don't Sep" y "Lonely Road" sirven tanto para recordar a Farris por lo que ha pasado como para dar ánimo a su público. De este modo se forja un lazo de unión entre audiencia e intérprete y conectan a Mike con la rica tradición espiritual del folk, rock, gospel y soul americanos.
"Si no fuera por la gracia de Dios ya estaría muerto o deseando estarlo", dice Farris. "Mi vida es la prueba de que Dios tiene un lugar único y especial para cada uno. Dios ayuda a la gente. Simplemente hay que rendirse a su amor y creer en su gracia".