A ver:
en Rusia tienen un grave problema democrátrico, supongo que estamos todos enterados. Desde los orígenes de la política hace ya siglos, todo mandatario sabe que cuando las cosas están mal lo mejor que puede hacer es envolverse en la bandera: proclamar que "nos atacan", que "somos un gran pueblo" y que "las injerencias exranjeras nos quieren dividir". A veces, esto viene acompañado de alguna provocación por parte del propio gobernante.
Un ejemplo histórico: durante la dictadura en Argentina, aquello ya no se sostenía económicamente, el país presentaba claros signos de revuelta y la oposición democrática ganaba cada vez más fuerza. ¿La solución? Invadir las Islas Malvinas, que son de soberanía británica, y oficialmente se llaman Falkland Islands. Así, por la cara, un buen día no se les ocurrió otra cosa que entrar ahí y decir "esto es nuestro". Evidentemente, los habitantes de las Falkland -igual que los habitantes de Gibraltar- no quierían ni oír hablar de dejar de ser ciudadanos ingleses.
La Junta Militar argentina obtuvo la respuesta que buscaba: toda Argentina, que es un pueblo bastante dado al hooliganismo, apoyó la absurda invasión y de pronto se olvidaron de que estaban bajo una dictadura fascista que los estaba machacando. La Junta había calculado que Londres no daría demasiada importancia a la invasión, que la cosa no iría más allá de las protestas diplomáticas que el tiempo curaría, y que la poca importancia real de las Malvinas no traería consecuencias.
El "pequeño problema" que no calcularon fue que en Inglaterra tenían un problema parecido, o sea, un Primer Ministro en horas bajas. Perdón, Primera Ministra, con todos ustedes, the Iron Maiden, Ms. Margaret Thatcher. Al día siguiente de la invasión, la Dama de Hierro envió a gran parte de la Navy, que básicamente aplastó a los argentinos, que es exactamente lo que estos debían haber pensado en primer lugar en vez de tener fantasías y delirios de grandeza. Las consecuencias, aparte de bastantes muertes inútiles y una gran humillación, pues la caída de la Junta Militar, formada por una panda de inútiles sangrientos a cuál más desgraciado, y el retorno de la democracia.
Tenemos más ejemplos recientes, como los de los diversos países de la llamada "Primavera árabe": en todos los casos, antes de caer los regímenes, todos hablaban de injerencias extranjeras, igual que actualmente lo hacen los próximos en caer, es decir, los sirios. Supongo que todos habréis visto y oído en los telediarios las ridículas declaraciones del colega que manda en Siria, o las tonterías que decía hace nada el chalado de Gaddafi.
Así que lo de Rusia es algo bastante parecido: por un lado, están crecidos porque sus exportaciones de materia prima, especialmente gas y petróleo, les garantizan saneamiento económico, pero por otro lado saben que esto ni va a durar para siempre ni es suficiente: Rusia es el país más grande que hay en el planeta, y todavía tiene muchísimos problemas de todo tipo, sobre todo económicos. Su economía es débil y tras más de un siglo de corrupción y despotismo más la caída del régimen comunista y el robo nacional perpetrado por los oligarcas, los gobernantes siguen teniendo la mentalidad antigua bajo la que se creó el mito de la Gran Madre Rusia. Rusia será muy grande y peligrosa, pero las bravuconadas ya no sirven en el nuevo siglo, más aún si ya no tienes el papel que Rusia ejercía antes. Ahora, China es mucho más potente y Japón no va a abandonar a Occidente, que se lo dio todo.
Están muy cabreados por los sistemas antimisiles y todo eso, pero no pueden hacer nada, son presa de la impotencia. Y tienen muchos problemas con una oposición que empieza a despertar de verdad. Sus mecanismos están anticuados, y en la era de Internet ya no es tan fácil ejercer la opacidad o la censura, se ve demasiado.
Eso sí, no quisiera tampoco despreciar o infravalorar a Rusia: naturalmente que pueden darnos a todos muchísimos problemas. Pero estamos hablando de cerrar el grifo del gas y poca cosa más. Rusia necesita mirarse al espejo y recomponerse, cambiar. Se está quedando atrás, por mucho que Moscú parezca un gran árbol de Navidad. ¿Qué iban a hacer, invadir Rumanía? ¿Lanzar unos misiles nucleares que no lanzaron hace cuarenta años y que probablemente ya no funcionan?
Perdón, edito: argentinos ofendidos, sois libres de escribir la versión de la historia que os dé la gana, faltaría más, pero me temo que va a quedar poco objetiva...