calamidad dijo:
Pues yo lo que haría es poner una reclamación por escrito en Correos. No creo que resuelva nada contra la vagancia de según qué personajes, pero bueno, tienes derecho a hacerlo. Y si se tercia, montarles un minipollo allí, en concepto de "resarcimiento moral y descarga de bilis". Algo tipo "es que no hay derecho....... uds. me han perjudicado por la incompetencia del cartero........" y cosas así. Te lo recomiendo......... no solucionarás nada, pero descargas mala leche y además es muy terapéutico.
Saludos.
Pues yo creo que sí que resuelve.
Yo tuve un caso cuando me mudé a mi casa de ahora hace dos años.
Al principio todo iba bien. Tenñiamos una cartera (guapetona, por cierto) y las cartas en su sitio y todo bien.
Pero después está chica ascendió y se quedó en la oficina y en su lugar pusieron a un personajillo peculiar. En vez de bajarse de la motillo y meter las cartas en el buzón pues ... ¡ale hop! por encima de la valla.
Evidentemente mis perros veían las cartas y la publicidad en el suelo y decían "¿fiesta? ¡¡¡FIESTA!!!" y claro el trocito mas grande de papel que encontrabas al llegar a casa era del tamaño del cerebro de G.W.Bush.
Así que pusimos una reclamación en la oficina. Le dieron un toque al elemento y argumentó que es que le daban mucho miedo los perros. ¡Joder, pero si la valla de mi casa tiene 2 metros de altura!
A partir de ahí, metía las cartas en el buzón, pero como seguiría "acojonado" pues solo metía un tercio del tamaño de las cartas en el buzón y 2 tercios quedaban fuera. ¿Resultado? el primer día que llovío recogimos "sopa de cartas". Deliciosa, pero incómoda de leer.
Así que segunda reclamación.
Solución del fulano: recolecto todas las cartas de las casas que tienen perro y un día cada dos semanas, me traigo a un colega y las repartimos todas en una mañana. Yo con la moto y el se baja a ponerlas en el buzón.
Tercera reclamación.
¿Sabéis cómo se solucionó el asunto? Pues que coincidió que un día que yo no trabajaba y estaba currando en el jardín, el fulano apareció con su motillo y fuí lo suficientemente rápido para abrir la puerta y pillarle por banda.
Lle demostré que podía estar al otro lado de una valla donde hay perros sin que estos sean capaces de morderle a traves del hormigón.
Y nada, después de charlar con el un poco y explicarle las movidas que nos suponía su actitud el tipo lo comprendió y desde entonces "niquel". Ni un problema.
Si es que no hay nada como el diálogo.
Yo te recomendaría que fueses a la oficina de Correos y pidieses hablar con la cartera en cuestión. Y allí mismo decirle que por esta vez no vas a presentar reclamación, pero que entienda que las cosas no funcionan así.
Yo creo que la próxima vez se molestará en llamar.
