Lo dice una canción de Marco Masini y aunque no sea una cita muy erudita no deja de tener razón. Hace unos dos años y medio que me metí en esta maravillosa aventura que es tocar un instrumento: adquirir un nuevo conocimiento, conocer a gente con la que compratir intereses y crear algo tan bueno como la música.
Pero todo lo bueno de este mundo choca con tanta mezquindad que no he encontrado en otros ámbitos. Hacía tiempo que quería compartir con vosotros esta especie de “post desahogo” para exponer lo que me ha pasado y compartir mi experiencia.
Mi primer gran chasco con este mundo fue en el primer concierto que dimos en nuestra ciudad. A través de un anuncio en Atiza, contacté con alguien que buscaba grupos para esta sala de conciertos, una de las pocas de la ciudad, para que me informara de las condiciones. Para mi sorpresa, me cuenta que no cobran nada por tocar y que nos darían la mitad de lo sacado por las entradas – manda cojones que sea anormal esto, pero me extrañó- y que le diera nuestro myspace o similar.
Le envio algún material y le cuento que al ser un grupo de la ciudad y ser nuestro primer concierto, creíamos que podríamos atraer a bastante gente. Supongo que esto fue determinante para que nos diera el ok para tocar allí.
Pues bueno, después de un par de meses donde todo era muy raro porque era difícil contactar con el tipo, y no teníamos ningún dato sobre nada (quién iba a ser el telonero, que nos dijeron que había uno, promoción, precio de las entradas si las había, etc.) Al llegar allí resulta que el tipo no era parte de la organización de la sala, sino un intermediario que les había dicho que nosotros pagaríamos el alquiler de la sala (no recuerdo si 300 o 500 euros), esto el mismo día del concierto y con todo ya montado.
Nos enseñamos los mails cruzados y tanto los de la sala como nosotros flipamos, porque no entendíamos qué beneficio quería sacar el tipo, cuando estaba claro que no íbamos a pagar alquiler ninguno. Al final acordamos poner 4 euros de entrada y que la sala se quedase la recaudación. Y el tipo desaparecido en combate.
Y la segunda y mayor putada: compartíamos local de ensayo con otro grupo, dentro de una asociación de músicos. La historia es muy larga, pero miraré de resumirla al máximo: a este grupo les ofrecen una sala más grande dentro de la misma asociación y nos preguntan si nos movemos con ellos. Decimos que en principio sí pero contemplamos también la posibilidad de quedarnos nosotros en el pequeño e ir por separado. Al final nos decantamos por esto último y esto hace que se piquen.
Pues el día que hacían la “mudanza” al otro local nos encontramos que se han llevado la guitarra y el ampli del guitarrista nuestro. Intento contactar con ellos y no hay manera. Al final nos dice el dueño de la asociación que el grupo dice que le hemos roto un ampli (que ni olimos) y que hasta que no paguemos la reparación no nos devuelven el material.
Intentamos que el de la asociación medie en el asunto, pero se lava las manos. Así que directamente denunciamos el robo a la policía, señalando a uno de los del grupo, el “portavoz”. Al haber tantos datos, localizaron rápido al personaje y nos citaron a juicio un par de días después. Para nuestra sorpresa, aparece con el ampli y la guitarra, con el dueño de la asociación y con una abogada, y consiguen llegar a un acuerdo en el juicio: nos devuelven el material y listo. (Así que ya sabéis, cuando entréis en una tienda de baterías mangad lo que podáis, y si os pillan lo devolvéis y aquí no ha pasado nada).
Evidentemente dejamos el local de ensayo porque no queríamos ver a esta asociación ni a esta gente en pintura y así llevamos unos meses sin local. Justo cuando más lanzábamos estábamos esto ha sido como cuando a un matrimonio se le muere un hijo: no ha vuelto a ser lo mismo, el cantante ha dejado el grupo y estamos a la deriva.
Bueno, perdonad por el turrón aunque he intentado resumir al máximo: y es que en medio de los dos asuntos hay detalles con los que fliparíais. Me gustaría saber si habéis pasado por algo similar.
Pero todo lo bueno de este mundo choca con tanta mezquindad que no he encontrado en otros ámbitos. Hacía tiempo que quería compartir con vosotros esta especie de “post desahogo” para exponer lo que me ha pasado y compartir mi experiencia.
Mi primer gran chasco con este mundo fue en el primer concierto que dimos en nuestra ciudad. A través de un anuncio en Atiza, contacté con alguien que buscaba grupos para esta sala de conciertos, una de las pocas de la ciudad, para que me informara de las condiciones. Para mi sorpresa, me cuenta que no cobran nada por tocar y que nos darían la mitad de lo sacado por las entradas – manda cojones que sea anormal esto, pero me extrañó- y que le diera nuestro myspace o similar.
Le envio algún material y le cuento que al ser un grupo de la ciudad y ser nuestro primer concierto, creíamos que podríamos atraer a bastante gente. Supongo que esto fue determinante para que nos diera el ok para tocar allí.
Pues bueno, después de un par de meses donde todo era muy raro porque era difícil contactar con el tipo, y no teníamos ningún dato sobre nada (quién iba a ser el telonero, que nos dijeron que había uno, promoción, precio de las entradas si las había, etc.) Al llegar allí resulta que el tipo no era parte de la organización de la sala, sino un intermediario que les había dicho que nosotros pagaríamos el alquiler de la sala (no recuerdo si 300 o 500 euros), esto el mismo día del concierto y con todo ya montado.
Nos enseñamos los mails cruzados y tanto los de la sala como nosotros flipamos, porque no entendíamos qué beneficio quería sacar el tipo, cuando estaba claro que no íbamos a pagar alquiler ninguno. Al final acordamos poner 4 euros de entrada y que la sala se quedase la recaudación. Y el tipo desaparecido en combate.
Y la segunda y mayor putada: compartíamos local de ensayo con otro grupo, dentro de una asociación de músicos. La historia es muy larga, pero miraré de resumirla al máximo: a este grupo les ofrecen una sala más grande dentro de la misma asociación y nos preguntan si nos movemos con ellos. Decimos que en principio sí pero contemplamos también la posibilidad de quedarnos nosotros en el pequeño e ir por separado. Al final nos decantamos por esto último y esto hace que se piquen.
Pues el día que hacían la “mudanza” al otro local nos encontramos que se han llevado la guitarra y el ampli del guitarrista nuestro. Intento contactar con ellos y no hay manera. Al final nos dice el dueño de la asociación que el grupo dice que le hemos roto un ampli (que ni olimos) y que hasta que no paguemos la reparación no nos devuelven el material.
Intentamos que el de la asociación medie en el asunto, pero se lava las manos. Así que directamente denunciamos el robo a la policía, señalando a uno de los del grupo, el “portavoz”. Al haber tantos datos, localizaron rápido al personaje y nos citaron a juicio un par de días después. Para nuestra sorpresa, aparece con el ampli y la guitarra, con el dueño de la asociación y con una abogada, y consiguen llegar a un acuerdo en el juicio: nos devuelven el material y listo. (Así que ya sabéis, cuando entréis en una tienda de baterías mangad lo que podáis, y si os pillan lo devolvéis y aquí no ha pasado nada).
Evidentemente dejamos el local de ensayo porque no queríamos ver a esta asociación ni a esta gente en pintura y así llevamos unos meses sin local. Justo cuando más lanzábamos estábamos esto ha sido como cuando a un matrimonio se le muere un hijo: no ha vuelto a ser lo mismo, el cantante ha dejado el grupo y estamos a la deriva.
Bueno, perdonad por el turrón aunque he intentado resumir al máximo: y es que en medio de los dos asuntos hay detalles con los que fliparíais. Me gustaría saber si habéis pasado por algo similar.