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Contaré mi absurda (y, en principio, carente de cualquier interés) historia para todo aquel que se aburra lo suficiente como para leerla.
Resulta que hace unos días que pretendo comprar de segunda mano un crash de determinadas características, por tanto voy leyendo cuatrillones de anuncios por ahí, y también poniendo alguno que otro.
El otro día volvía yo felizmente hacia casa en mi bicicleta, por el Paseo Maragall de Barcelona, cuando me dije: "Mi sentido arácnido, o en su defecto, esa voz que me dice que prenda fuego a las cosas, me dice que si paso por el Cash Converters de aquí al lado, encontraré un crash del copón, que algún insensato habrá dejado sin saber lo que tenía entre manos, y que ahora estará a la venta a un precio ridículo", así que sin pensarlo 35 veces, me dirigí presto y raudo hacia mi improvisado destino.
Llego allí y veo colgado en una pared, ni más ni menos que un mega cutre crash de 16 marca Ryden (Yamaha). El nombre "Ryden" me sonaba de algo, pero por el momento, no recordaba de qué.
El plato tenía el absurdo precio de 115€, y entonces pensé: "Coño. Estos cebollinos tienen un zurullo de platos y los venden como si fueran de oro. Deben pensar que son la leche. Esto es justo lo contrario de lo que yo me esperaba" pero como se veían más platos detrás de ese, no se extinguió completamente mi llamita de esperanza, y fui a llamar a un empleado para poder ver todos los platos.
Doy dos pasos en una dirección aleatoria y veo un individuo latinoamericano de unos 25 años, vestido con un polo rosa oscuro (o rojo desteñido) jugando a una play. Parecía un civil corriente de no ser porque en el citado atuendo se leía en grandes letras blancas "CASH CONVERTERS". Así que me dirigí hacia él y le transmití mi deseo.
El tío coje, y tras matar un par de lagartijas mutantes y recoger algo que le dio como 25000puntos, pone la pausa y se dirige hacia donde estaban los platos. Una vez allí, se encarama en una tarima pasando entre baterías, guitarras, bajos y ukeleles marca "XP" y "Academy" hasta alcanzar su objetivo.
Tal como estaba situado el hombre, quedaba de frente a la pared, dándome la espalda. Descuelga el crash Ryden, se da la vuelta y estira el brazo dificultosamente para dármelo. Yo lo agarro y por cortesía, lo miro fingiendo algún interés.
Entonces tuve la gran idea de meterme un poco entre aquellos instrumentos para acercarme al hombre y facilitarle así el trabajo de pasarme el siguiente plato.
Mientras estoy dejando el primer plato encima de un ampli, el tío se gira con el otro plato y... fuá.... nunca había visto un plato tan de cerca. Ni tan de cerca ni tan de canto, porque el pavo me lo clavó en toda la napia entre los ojos.
Me dejó una brecha de horizontalidad perfecta a la altura exacta del centro de las pupilas. En ese espacio que no sirve para nada que está entre la nariz y la frente, pero no es ni una cosa ni otra.
Tras meditarlo un rato se me ocurrió que lo más oportuno para decir en ese momento era "au", y así lo hice. El hombre no hacía más que repetir "perdón! lo siento! pensé que estabas más lejos! perdón!".
Entonces, mientras una gota de sangre recorría mi rostro, pensé "Este debe ser el sacrificado precio que he de pagar por haber encontrado algo valiosísimo..." y con una mano en mi nueva herida y la otra agarrando el plato asesino, lo miro y leo: Paiste 101 rock crash 16'."Puta madre...." Miro el último plato que quedaba aun colgado: Zildjian ZBT.... ahora además de la cara, tenía herido el corazón.
¿Que había hecho yo para merecer todo esto?
Me limité a restarle importancia al asunto, pedirle al colega un poco de alcohol y huí del lugar un poco a escondidas, ya que no quería que me viera el encargado y le cayera una bulla al pobre empleado.
Mientras salía de allí sangrando recordé por fín de qué me sonaba el nombre "Ryden". Así se llamaba el chino del Mortal Kombat que te tiraba el sombrero de canto y te cortaba la cabeza, vamos, casi lo mismo que me había pasado a mí.
Moraleja: Si vas a un Cash Converters no pidas ayuda a nadie que esté jugando a la play, porque depende cómo lo pilles igual te intenta hacer un fatality.
Resulta que hace unos días que pretendo comprar de segunda mano un crash de determinadas características, por tanto voy leyendo cuatrillones de anuncios por ahí, y también poniendo alguno que otro.
El otro día volvía yo felizmente hacia casa en mi bicicleta, por el Paseo Maragall de Barcelona, cuando me dije: "Mi sentido arácnido, o en su defecto, esa voz que me dice que prenda fuego a las cosas, me dice que si paso por el Cash Converters de aquí al lado, encontraré un crash del copón, que algún insensato habrá dejado sin saber lo que tenía entre manos, y que ahora estará a la venta a un precio ridículo", así que sin pensarlo 35 veces, me dirigí presto y raudo hacia mi improvisado destino.
Llego allí y veo colgado en una pared, ni más ni menos que un mega cutre crash de 16 marca Ryden (Yamaha). El nombre "Ryden" me sonaba de algo, pero por el momento, no recordaba de qué.
El plato tenía el absurdo precio de 115€, y entonces pensé: "Coño. Estos cebollinos tienen un zurullo de platos y los venden como si fueran de oro. Deben pensar que son la leche. Esto es justo lo contrario de lo que yo me esperaba" pero como se veían más platos detrás de ese, no se extinguió completamente mi llamita de esperanza, y fui a llamar a un empleado para poder ver todos los platos.
Doy dos pasos en una dirección aleatoria y veo un individuo latinoamericano de unos 25 años, vestido con un polo rosa oscuro (o rojo desteñido) jugando a una play. Parecía un civil corriente de no ser porque en el citado atuendo se leía en grandes letras blancas "CASH CONVERTERS". Así que me dirigí hacia él y le transmití mi deseo.
El tío coje, y tras matar un par de lagartijas mutantes y recoger algo que le dio como 25000puntos, pone la pausa y se dirige hacia donde estaban los platos. Una vez allí, se encarama en una tarima pasando entre baterías, guitarras, bajos y ukeleles marca "XP" y "Academy" hasta alcanzar su objetivo.
Tal como estaba situado el hombre, quedaba de frente a la pared, dándome la espalda. Descuelga el crash Ryden, se da la vuelta y estira el brazo dificultosamente para dármelo. Yo lo agarro y por cortesía, lo miro fingiendo algún interés.
Entonces tuve la gran idea de meterme un poco entre aquellos instrumentos para acercarme al hombre y facilitarle así el trabajo de pasarme el siguiente plato.
Mientras estoy dejando el primer plato encima de un ampli, el tío se gira con el otro plato y... fuá.... nunca había visto un plato tan de cerca. Ni tan de cerca ni tan de canto, porque el pavo me lo clavó en toda la napia entre los ojos.
Me dejó una brecha de horizontalidad perfecta a la altura exacta del centro de las pupilas. En ese espacio que no sirve para nada que está entre la nariz y la frente, pero no es ni una cosa ni otra.
Tras meditarlo un rato se me ocurrió que lo más oportuno para decir en ese momento era "au", y así lo hice. El hombre no hacía más que repetir "perdón! lo siento! pensé que estabas más lejos! perdón!".
Entonces, mientras una gota de sangre recorría mi rostro, pensé "Este debe ser el sacrificado precio que he de pagar por haber encontrado algo valiosísimo..." y con una mano en mi nueva herida y la otra agarrando el plato asesino, lo miro y leo: Paiste 101 rock crash 16'."Puta madre...." Miro el último plato que quedaba aun colgado: Zildjian ZBT.... ahora además de la cara, tenía herido el corazón.
¿Que había hecho yo para merecer todo esto?
Me limité a restarle importancia al asunto, pedirle al colega un poco de alcohol y huí del lugar un poco a escondidas, ya que no quería que me viera el encargado y le cayera una bulla al pobre empleado.
Mientras salía de allí sangrando recordé por fín de qué me sonaba el nombre "Ryden". Así se llamaba el chino del Mortal Kombat que te tiraba el sombrero de canto y te cortaba la cabeza, vamos, casi lo mismo que me había pasado a mí.
Moraleja: Si vas a un Cash Converters no pidas ayuda a nadie que esté jugando a la play, porque depende cómo lo pilles igual te intenta hacer un fatality.