Ahora mismo, tras unos cuatro años sin sentarme a una batería, creo que no podría sostener 100 bpm's de doble bombo o pedal que sonaran mínimamente bien durante más de un minuto, quizá ni medio. No quiero ni imaginarme lo que me supondría volver a poner eso en forma.
Derek Roddy decía que estaba bastante harto de los supuestos gurús del doble pedal que enseñan las mil y una técnicas para conseguir velocidad y tal y cual, especialmente en Internet, que parece hecha a medida para los vendedores de crecepelo. Roddy tenía un discurso muy claro: más de 20 años de práctica, punto y final.
De todos modos, practicar el doble pedal no deja de ser algo parecido a ir al gimnasio: cualquiera que sepa mínimamente lo que hace, te dirá que no puedes hacer cada día los mismos ejercicios, que debes trabajar en días alternos distintos tipos de músculos. Imagino que para los pies debe suceder igual, sobre todo por dos razones: practicamos velocidad, luego los sometemos a tensión y estrés, y además nuestros movimientos son muchísimos en cada sesión y son siempre los mismos, o sea, más presión sobre una zona muy concreta.
Vuelvo a decirlo: además del tema puramente técnico, postural, la forma, el movimiento y los distintos modos de liberar tensión, el tema del doble pedal trabaja unos músculos muy concretos, y de una forma muy... "insistente".
Algo que creo que ayuda a "soltar" los pies y a liberar tensiones es practicar con ellos cosas que no tengan que ver con la tensión, sino con la técnica y el movimiento. Por ejemplo, paradiddles (simples, dobles, invertidos), combinaciones que sepamos hacer con las manos pasarlas a los pies, etc. Despacio, sin prisas, solamente aprender a hacerlos sonar más o menos bien. Acentuar con el talón y dar el resto de golpes más suaves con la punta... No sé, hay infinidad de posibilidades y tras unos tres meses el pie parece pesar bastante menos. ¿La razón? Muy sencillo, le hemos quitado tensión porque hemos aprendido a moverlo.