K
Ayer creí tocar el cielo.
Ayer creí tocar el cielo.
Perdón si me he equivocado. No estoy seguro de si éste tema debería ir aquí. Pero es que, precisamente lo escribo para todos vosotros.
Eran exactamente las 9 y media de la noche de ayer, cuando empezó el milagro, con una puntualidad digna de elogio, y con esa categoría que tan sólo se permiten las grandes figuras. El enorme y maravilloso espectáculo que a partir de ahí nos ofreció anoche en el Auditorio de Murcia, el gran B.B. King y su banda, no tengo palabras para describirlo. Nos conquistó a todos los allí presentes (lleno total) con su magia, con su enorme personalidad, sus gesticulaciones y su desbordante simpatía...
Pero su música. Eso sí que es muy grande en directo. Nunca había sentido antes el blues tanto como lo sentí ayer. Admirable.
Como admirables son, los enormes profesionales (ocho grandísimos tipos, tanto en su calidad, como en su aspecto) que llevaba en su banda. Sonaban todos ellos con una perfección increíble, ¡qué bárbaros!. Ya lo he dicho antes: Creí estar tocando el cielo con los dedos.
Pero por causa de mi propia deformación de gustos, con el que ya disfruté como si fuese un niño pequeño con su juguete nuevo, fué con la fantástica actuación del maravilloso baterista de la banda de B.B. ¡Peazo baterista!, parecía como si el tío no hiciera nada, como si la cosa no fuera con él. Tocaba como sin esforzarse..., pero tú escuchabas un ritmazo increíble, unos compases geniales, y te llenabas con esos exactos y prodigiosos golpes que te llegaban desde los dedos de los piés hasta las témporas.
El tío, (que con todos los respetos y admiración, no era otro que, el gran Tony Coleman) hasta se permitía, algunas veces, mantener todo el ritmo que llevaba, tan sólo a base de su mano derecha y sus piés, mientras que con su mano izquierda ajustaba a su gusto un splash que no tenía bien colocado, o les daba instrucciones a los técnicos de sonido brazo en alto y señalando con su baqueta al monitor que debían modificarle el volúmen. Y sin notarse por ello, cambio alguno en el sonido de su batería.
Creo que debía tener más de dos brazos....
Menudo batería.
El solo que se improvisó, fué de verdadero escándalo, y su pequeña "pelea" que mantuvo con el propio BB. King, respondiéndole con la batería a las provocaciones que éste le hacía con su Lucy, fueron realmente memorables e inolvidables.
Una noche perfecta, una noche genial. Gracias a los que hayáis leído ésto por aguantarme hasta aquí, y me alegro mucho, si entendéis vosotros también lo que realmente quiero decir.... Eso es otra cosa!!.
Saludos!!.
Ayer creí tocar el cielo.
Perdón si me he equivocado. No estoy seguro de si éste tema debería ir aquí. Pero es que, precisamente lo escribo para todos vosotros.
Eran exactamente las 9 y media de la noche de ayer, cuando empezó el milagro, con una puntualidad digna de elogio, y con esa categoría que tan sólo se permiten las grandes figuras. El enorme y maravilloso espectáculo que a partir de ahí nos ofreció anoche en el Auditorio de Murcia, el gran B.B. King y su banda, no tengo palabras para describirlo. Nos conquistó a todos los allí presentes (lleno total) con su magia, con su enorme personalidad, sus gesticulaciones y su desbordante simpatía...
Pero su música. Eso sí que es muy grande en directo. Nunca había sentido antes el blues tanto como lo sentí ayer. Admirable.
Como admirables son, los enormes profesionales (ocho grandísimos tipos, tanto en su calidad, como en su aspecto) que llevaba en su banda. Sonaban todos ellos con una perfección increíble, ¡qué bárbaros!. Ya lo he dicho antes: Creí estar tocando el cielo con los dedos.
Pero por causa de mi propia deformación de gustos, con el que ya disfruté como si fuese un niño pequeño con su juguete nuevo, fué con la fantástica actuación del maravilloso baterista de la banda de B.B. ¡Peazo baterista!, parecía como si el tío no hiciera nada, como si la cosa no fuera con él. Tocaba como sin esforzarse..., pero tú escuchabas un ritmazo increíble, unos compases geniales, y te llenabas con esos exactos y prodigiosos golpes que te llegaban desde los dedos de los piés hasta las témporas.

El tío, (que con todos los respetos y admiración, no era otro que, el gran Tony Coleman) hasta se permitía, algunas veces, mantener todo el ritmo que llevaba, tan sólo a base de su mano derecha y sus piés, mientras que con su mano izquierda ajustaba a su gusto un splash que no tenía bien colocado, o les daba instrucciones a los técnicos de sonido brazo en alto y señalando con su baqueta al monitor que debían modificarle el volúmen. Y sin notarse por ello, cambio alguno en el sonido de su batería.
Creo que debía tener más de dos brazos....
El solo que se improvisó, fué de verdadero escándalo, y su pequeña "pelea" que mantuvo con el propio BB. King, respondiéndole con la batería a las provocaciones que éste le hacía con su Lucy, fueron realmente memorables e inolvidables.
Una noche perfecta, una noche genial. Gracias a los que hayáis leído ésto por aguantarme hasta aquí, y me alegro mucho, si entendéis vosotros también lo que realmente quiero decir.... Eso es otra cosa!!.
Saludos!!.