Os copio el texto de una conferecnai que se dio hace poco. Habla por si mismo asi que hay poco que comentar, solo que no puedo estar mas de acuerdo con el ponente
¿QUÉ HAY DEBAJO DE LAS POLÍTICAS DE IGUALDAD?
Oscar Guasch
Dpto. Sociología
Universidad de Barcelona.
Muy buenas tardes y muchas gracias por haberme invitado. Mi intervención
será breve porque tenemos poco tiempo. Y será una intervención leída, porque
quiero medir, exactamente, el alcance de mis palabras.
Mi intervención se basa en el respeto, en el agradecimiento, en la ideología, y
en la crítica elaborada a partir de la experiencia.
Agradecimiento, respeto, ideología, y crítica basada en la experiencia.
Primero, es preciso dar las gracias a tantas y tantas personas, sobre todo
mujeres (pero no solo a ellas) que llevan años luchando por la igualdad y
contra la discriminación.
Segundo, mi intervención es una intervención ideológica. Pero no es más ni
menos ideológica que las intervenciones de quienes me han precedido en
estas jornadas.
Las prácticas profesionales y expertas, a mi entender, siempre son prácticas
ideologicas, es decir, son prácticas políticas. Es un acto de honestidad
científica y ciudadana el reconocerlo.
Tercero, mi intervención se basa en el respeto de las posiciones ideológicas de
quienes me han precedido. Respeto, pero discrepo.
Cuarto, mi intervención será muy crítica y se basa en mi experiencia.
Mi experiencia investigadora y como persona ciudadana es lo único que puedo
compartir con ustedes.
Agradecimiento, respeto, ideología, y crítica basada en la experiencia. Vamos
con ello.
Veo que soy el único hombre que participa como ponente las distintas mesas
de este seminario. Y se supone (de forma implícita) que estoy aquí por ser
homosexual o gay.
Bien. Pues quiero decirles que estoy aquí porque soy un hombre. No estoy
aquí porque ser homosexual ni tampoco por ser gay.
Es cierto que fui homosexual. Pero ya no lo soy. Entendí con rapidez que la
homosexualidad es una forma científica de homofobia. Así que dejé de ser
homosexual.
También fui gay. Pero dejé de serlo. Dejé de ser gay cuando esta identidad se
banalizó y fue traicionada por la política y absorvida por el mercado.
La identidad gay actual es una identidad basura, como lo son la mayoría de las
realidades de nuestra sociedad.
Ya no soy homosexual. Ya no soy gay. Soy tan solo un hombre que padece,
como tantos otros hombres, la homofobia de quienes no respetan mis opciones
de género.
Sin embargo, ahora, se que no estoy solo.
Hay otros hombres que, como yo, no son homosexuales ni gays, y que también
padecen esta forma de violencia de género que es la homofobia.
En nuestra sociedad, todos los hombres (homosexuales o no) padecemos
discriminación y violencia de género.
Son discriminaciones sutiles y son violencias socialmente invisibles, pero
existen.
Resulta insólito argumentar que los varones padecemos discriminación y
violencias de género. Pero así es.
A los varones (al igual que a las mujeres) nos prescriben y proscriben roles,
emociones y actitudes.
El genero discrimina a los hombres porque ciertos recursos y posibilidades
sociales nos son menos accesibles que al resto de personas.
Veámos algunos ejemplos de discriminación de género que padecemos los
hombres.
Primer ejemplo:
La definición de la maternidad como función biológica (y no como lo que es:
una función social que se puede aprender) es un ejemplo de discriminación a
los hombres que, además, genera una visión sesgada de nuestras identidades
y capacidades sociales como personas.
Los hombres tenemos derecho a ser madres. ¿O es que acaso la biologia es el
destino?
Segundo ejemplo:
El estudio de los hombres y de nuestras posiciones sociales de género, se está
haciendo hace desde una perspectiva que prima la estigmatización de los
varones por el mero hecho de serlo.
En el imagiario social hegemónico parece que, ser hombre, sea una suerte de
agravante de no se sabe muy bien qué.
Y si se es hombre heterosexual, peor todavía. Son más sospechosos. Aunque
nadie sepa exactamente de qué.
Tercer ejemplo:
Para pensar y estudiar a los hombres apenas se usa el concepto de género, y
se recurre, más a menudo, al concepto de masculinidad.
Sin embargo, rara vez se e mplea el concepto analogo de feminidad para
pensar y estudiar a las mujeres.
Estudiar a los hombres desde la masculinidad y no desde la perspectiva de
género, elude aplicar al estudio de los hombres los mismos instrumentos de
análisis que se emplea para hacer lo propio con las mujeres.
Esta pirueta teórica y conceptual permite obviar, invisibilizar y negar las
condiciones sociales que posibilitan nuestra discriminación de género.
Cuarto ejemplo:
Este ejemplo lo tomo prestado de Jose Antonio Lozoya, que es el Director del
Programa de Hombres por la Igualdad del Ayuntamiento de Jerez.
El fracaso escolar tiene género. Los que fracasan más son los hombres.
Sin embargo, la perspectiva de género apenas se usa para explicar el fracaso
escolar.
José Antonio Lozoya se pregunta qué sucedería si el fracaso escolar tuviera
rostro de mujer.
Quinto ejemplo:
Que “calzonazos” sea un insulto, o que “paternalista” signifique negar la
capacidad de elección de otros (en vez de un intento de cuidar y ocuparse de
ellos) son ejemplos de cómo el lenguaje sexista afecta también a los hombres.
Sexto ejemplo:
Cuando en los procesos de divorcio se otorga la custodia a las mujeres por el
hecho de serlo.
Séptimo ejemplo:
La sexualidad de los hombres es definida de forma estereotipada, simplista,
sexista, e interesada.
Se ha creado el mito de que la sexualidad de los hombres es agresiva y
compulsiva.
En consecuencia, hay actos corporales definidos como perversos cuando
quienes los realizan son varones, pero no cuando quienes sus actrices son
mujeres.
Con siete ejemplos basta. Aunque con uno solo ya sería suficiente.
En cualquier caso, es preciso aclarar que la discriminación de género que
padecemos los hombres tiene una calidad distinta de la que padecen las
mujeres. Pero eso no significa que no exista. Si acaso, es socialmente invisible.
La discriminación de género que padecemos los hombres se basa en las
mismas estructuras sexistas que posibilitan la discriminación de las mujeres.
Es preciso recordar que el sexismo, como el poder, está en todas partes.
Y es preciso destacar que las políticas de igualdad se siguen pensando como
si los hombres y las mujeres fueran grupos homogeneos.
Y no es así. Unos y otras somos radicalmente diversos.
Bien.
Este seminario pregunta ¿qué hay debajo de las políticas de igualdad?
Yo no puedo decirles lo que hay. Solo puedo decirles lo que yo veo.
Debajo de las políticas de igualdad veo a los hombres escondidos y
desorientados.
Debajo de las políticas de igualdad veo la negación y la invisibilización de la
discriminación de género que padecemos los hombres.
Debajo de las políticas de igualdad, se olvidan, se niegan, y se invisibilizan las
experiencias de dolor y de discriminación de los hombres separados y
divorciados.
Debajo de las políticas de igualdad, se ignoran los programas educativos
dirigidos a los hombres para mostrar que ser macho mata.
Debajo de las políticas de igualdad, se ignora el acoso escolar contra quienes
no se adecuan a las expectativas de género previstas para los hombres.
En el colegio se acosa a los maricas, pero también a los calzonazos, a los
cobardes, a los nenazas, y también a quienes llevan gafas y son gorditos o
tienen un aspecto asiatico.
Y eso son formas de homofobia. Es decir, son formas de violencia de género.
Debajo de las políticas de igualdad, siguen sin reconocerse las contribuciones
que los hombres insumisos hicieron a la crítica del machismo social y militar
español.
Ya termino.
Los insumisos, los calzonazos, los maricas, los cobardes, y los poetas,
padecemos opresión y discriminación de género por serlo.
¿Pero en qué parte de este seminario se habla de todo esto?
En ninguna.
Si yo estoy aquí es, al menos en teoria, para hablar de derechos de
homosexuales y de lesbianas.
Y las preguntas que, se supone, debo responder, tienen que ver con eso: con
las y los homosexuales.
No me es posible hablar de los ni de las homosexuales.
Y es que ya na nadie estudia los negros. Se estudia el racismo.
De igual modo ya nadie estudia homosexuales. Se estudia la homofobia.
Y la homofobia afecta a todos los hombres. Sean o no sean homosexuales o
gays.
Mi experiencia en los grupos de hombres, me dice que la homofobia y la
violencia y la discriminación de género que comporta, afecta a todos los
hombres sin excepción.
Pero hay demasiadas resistencias e intereses creados como para asumirlo.
Creo que las políticas de igualdad de género están mal formuladas, porque
obvian e invisibilizan las experiencias de dolor y de discriminación de los
hombres.
Les hablo desde el agradecimiento, desde el respeto, y desde una posición que
no es ni más ni menos ideológica que la de quienes me han precedido.
Pero también les hablo desde la crítica.
No es de recibo que se siga pensando el patriarcado como un producto
masculino con el que las mujeres no tienen nada que ver, excepto como
víctimas.
Muchas gracias.