S
Bueno, cómo empezar...........éste es un plato que compré al forero Taverna, por cierto, a muy buen precio. Yo ya había tenido varios "splashes", y en ese momento tenía un Wuhan serie S de 10" que me enamoró totalmente (por encima de otros platos de gama muuuuuuuy superior, cuestión de gustos) por su volumen, tono, brillo, ligero timbre "achinado" y sobre todo, todo, todo, por su tremenda potencia y carácter "explosivo"
(también hay que decir que lo elegí entre otros muchos Wuhan que no sonaban tan bien. Es lo que pasa con el rollo artesanal, ya sabéis. En cualquier caso, el que peor sonaba era más que digno para su precio. Como véis , soy un gran defensor de Wuhan). Por tanto, y dado que en ese momento no quería tener más de un splash - por razones de espacio , dado que el resto de los platos, digamos que dejaban poco o casi ningún sitio a otro - no estaba en mi cabeza comprar otro. Sin embargo, ví el anuncio y el precio me tentó......así que acabé comprándolo, después de comprobar en la web - yo si me fío de los sonidos que cuelgan, más que nada porque he comprado Paiste, Sabian, Meinl y Zildjian así y el plato real nunca me ha defraudado respecto a su "homólogo" en la página - que su sonido me gustaba bastante. Una vez en mis manos, compruebo que es un plato ligero y finito, muy fácil de doblar con las manos sin apenas esfuerzo (cosa inimaginable con el Wuhan), y de repenete, camino del local, empiezo a temer que después del Wuhan, éste sea tan "blandito" (en cuanto a volumen), dada su frágil apariencia, que se lo "coman" el resto de platos o que se escuche muy bajito. Con éste miedo , llego al local y lo pongo en lugar del Wuhan : la primera sensación es tremenda. Descubro un plato suave pero enérgico al abrir, sin llegar a "explosionar" como su predecesor. También encuentro un regusto "oscuro" en su sonido que, lejos de disgustarme (me molan mucho los platos brillantes, aunque siempre me los acabo comprando oscuros, no sé por qué) me transmite mucha expresividad y distintos matices (como los buenos vinos, que yo no sé apreciar aunque me lo trague a espuertas).
Es decir, no estamos ante un plato con un sonido "lineal", que te pueda gustar o no, sino ante un plato que "paladeas", pues cada vez encuentras un matiz distinto. No es un Byance Dark ni un Istanbul Turk, tampoco un Paiste Signature Reflector o un Sabian HHX. Es.........una mezcla de todo eso pero suave, muy muy suave. Si tuviera que desctibirlo con una palabra sería "dulce". El tipo de plato al que si das un baquetazo en casa con tus viejos al lado, no sólo no dicen que dejes de tocar el puto platito en casa sino que incluso suena bien (últimamente mis padres me están sorprendiendo, lo digo en serio, empiezan a entender de bateras y sobre todo platos y cajas!!!). La cola del plato es más larga de lo que esperaba (fuera coñas), y , poco a poco y dulcemente, se apaga dejando en el aire ese regusto "oscuro" al estilo turco del que os hablaba más arriba. Lo empiezo a tocar con el resto de la batería y veo que no "cae" bajo el "peso" de los demás platos. Si bien su volumen es moderado, mantiene su carácter y no se deja tapar por el resto del set. Es más, el resto del set de platos (Istanbul en su mayoría ,que me tienen loco) empiezan a SONAR MAL, ante la belleza, dulzura y matices del platito de los cojones. LLega el guitarrista y me pregunta. De coña le digo que el plato de los huevos me ha jodido el set, puesto que ahora el resto de platos no suenan tan bien como éste ni de lejos. Se ríe, le hago una demostració y me da la razón. Tenemos grabación en 2 semanas, así que empiezo a usarlo en las canciones mientras nos "enclaquetamos" y es tan adictivo por su bellísimo e inescrutable sonido que despierta la imaginación y evoca mil imágenes a la vez, como el incienso, dulce y embaucador, que tengo que controlarme para no tocarlo cada dos por tres y no sobrecargar la canción con mil splashes. En algunos cortes, lo uso a modo de pequeño crash y, para mi sorpresa, da la talla. Qué coño pasa con éste splash-crash que me trae más loco que Pilar Rubio? (bueno, casi). Salgo del ensayo levitando. Mis compis de grupo elogian la compra (no suelen hacerlo, sólo se quejan de los chinas, como todos los que no son bateras, vamos). Llego a casa y caigo en un plácido sueño rodeado de miles de splashes color miel que me susurran al oído secretos perdidos de otros tiempos......
P.D: Vale, que me he liado y me ha salido esta mariconada, pero como es mi primer banco de pruebas he intentado imbuirme del recuerdo del sonido del plato y ha acabado saliendo esto.........así que al que le mole , guay, y al que no AJOderse y AGUAntarse....
(también hay que decir que lo elegí entre otros muchos Wuhan que no sonaban tan bien. Es lo que pasa con el rollo artesanal, ya sabéis. En cualquier caso, el que peor sonaba era más que digno para su precio. Como véis , soy un gran defensor de Wuhan). Por tanto, y dado que en ese momento no quería tener más de un splash - por razones de espacio , dado que el resto de los platos, digamos que dejaban poco o casi ningún sitio a otro - no estaba en mi cabeza comprar otro. Sin embargo, ví el anuncio y el precio me tentó......así que acabé comprándolo, después de comprobar en la web - yo si me fío de los sonidos que cuelgan, más que nada porque he comprado Paiste, Sabian, Meinl y Zildjian así y el plato real nunca me ha defraudado respecto a su "homólogo" en la página - que su sonido me gustaba bastante. Una vez en mis manos, compruebo que es un plato ligero y finito, muy fácil de doblar con las manos sin apenas esfuerzo (cosa inimaginable con el Wuhan), y de repenete, camino del local, empiezo a temer que después del Wuhan, éste sea tan "blandito" (en cuanto a volumen), dada su frágil apariencia, que se lo "coman" el resto de platos o que se escuche muy bajito. Con éste miedo , llego al local y lo pongo en lugar del Wuhan : la primera sensación es tremenda. Descubro un plato suave pero enérgico al abrir, sin llegar a "explosionar" como su predecesor. También encuentro un regusto "oscuro" en su sonido que, lejos de disgustarme (me molan mucho los platos brillantes, aunque siempre me los acabo comprando oscuros, no sé por qué) me transmite mucha expresividad y distintos matices (como los buenos vinos, que yo no sé apreciar aunque me lo trague a espuertas).
Es decir, no estamos ante un plato con un sonido "lineal", que te pueda gustar o no, sino ante un plato que "paladeas", pues cada vez encuentras un matiz distinto. No es un Byance Dark ni un Istanbul Turk, tampoco un Paiste Signature Reflector o un Sabian HHX. Es.........una mezcla de todo eso pero suave, muy muy suave. Si tuviera que desctibirlo con una palabra sería "dulce". El tipo de plato al que si das un baquetazo en casa con tus viejos al lado, no sólo no dicen que dejes de tocar el puto platito en casa sino que incluso suena bien (últimamente mis padres me están sorprendiendo, lo digo en serio, empiezan a entender de bateras y sobre todo platos y cajas!!!). La cola del plato es más larga de lo que esperaba (fuera coñas), y , poco a poco y dulcemente, se apaga dejando en el aire ese regusto "oscuro" al estilo turco del que os hablaba más arriba. Lo empiezo a tocar con el resto de la batería y veo que no "cae" bajo el "peso" de los demás platos. Si bien su volumen es moderado, mantiene su carácter y no se deja tapar por el resto del set. Es más, el resto del set de platos (Istanbul en su mayoría ,que me tienen loco) empiezan a SONAR MAL, ante la belleza, dulzura y matices del platito de los cojones. LLega el guitarrista y me pregunta. De coña le digo que el plato de los huevos me ha jodido el set, puesto que ahora el resto de platos no suenan tan bien como éste ni de lejos. Se ríe, le hago una demostració y me da la razón. Tenemos grabación en 2 semanas, así que empiezo a usarlo en las canciones mientras nos "enclaquetamos" y es tan adictivo por su bellísimo e inescrutable sonido que despierta la imaginación y evoca mil imágenes a la vez, como el incienso, dulce y embaucador, que tengo que controlarme para no tocarlo cada dos por tres y no sobrecargar la canción con mil splashes. En algunos cortes, lo uso a modo de pequeño crash y, para mi sorpresa, da la talla. Qué coño pasa con éste splash-crash que me trae más loco que Pilar Rubio? (bueno, casi). Salgo del ensayo levitando. Mis compis de grupo elogian la compra (no suelen hacerlo, sólo se quejan de los chinas, como todos los que no son bateras, vamos). Llego a casa y caigo en un plácido sueño rodeado de miles de splashes color miel que me susurran al oído secretos perdidos de otros tiempos......
P.D: Vale, que me he liado y me ha salido esta mariconada, pero como es mi primer banco de pruebas he intentado imbuirme del recuerdo del sonido del plato y ha acabado saliendo esto.........así que al que le mole , guay, y al que no AJOderse y AGUAntarse....