JAjajajaj... aupa gente!! Os cuento:
Ha sido una de las experiencias más intensas de mi vida.
Al llegar a la entrada de la cárcel... primer control de la Ertzaintza, listado del equipo a entrar en la cárcel, retirada de todos lo DNIs y de la documentación de la furgo. Tras pasar éste primer control... llega la gente de Instituciones Penitenciarias y nos vuelven a registrar, pasamos por el detector de metales y se llevan la furgo con los trastos al punto que comunica con el patio central. Nos quedamos los del grupo solos frente a la entrada de la cárcel y nos dicen que vayamos pasando puertas, que no nos preocupemos, que nos llevarán hasta el patio central.
La sensación de espera, de quietud, de soledad cuando vas pasando puertas sin ver a nadie impresiona bastante. Como bien sabeis no se abre una puerta si no se cierra la anterior, y como los mecanismos son hidráulicos, tardas en cruzar los pabellones. Luego están los espejos tras los cuales supones que están los funcionarios, pero que no ves. Y para colmo cruzamos junto a una celda de aislamiento completamente desnuda y vimos a un preso sentado al fondo... en el suelo... sin decir una palabra, brutal.
20 minutos después de ver al funcionario que se llevó la furgo llegamos a otro pequeño patio en el q nos esperaba con la furgo y los dos "de mantenimiento" para ayudarnos a poner las cosas en unos carros gigantes. No hay acceso directo al patio central de la cárcel... por seguridad. Llevamos todo al patio, ya cruzando por donde había presos y montamos el equipo con el patio vacio. Una vez que estabamos preparados abrieron las puertas y comenzaron a bajar los presos... les repartimos pegatinas y ya hubo uno que me pidió las baquetas cuando acabase el concierto. Yo le dije que preguntaría si se las podía dar, que no dependía de mi. Comenzamos el concierto y los presos bailaron, aplaudieron (muchisimo) y le echaron algún piropo que otro a Maria.
En los bises dimos los premios de éste año de Fubol Sala, Pelota mano y Pala. Cosa que para ellos es bastante importante. El chico que ganó la competición de pelota nos decía: "A vosotros ésto os parecerá una chorrada, pero es la única cosa por la que puedo luchar cada año. Aqui no hay mucho más que ésta competición." Es flipante gente... es duro... frio... no se... yo me quedé helado.
Tras repartir los premios acabamos el concierto tocando con uno de los presos. Era la primera vez que tocaba con alguien ya que estaba en Martutene desde los 17 y tenía ya 24. Al acabar... bajamos del escenario y nos mezclamos con los presos... yo repartí todas las baquetas que tenía... Maria regaló los pendientes, el collar, las gomas del pelo... ellos nos regalaron lo único que tienen: sus historias. Robos, droga, atracos... y deudas. "Todavía me quedan 6 años" me decía uno de los de "mantenimiento". Los presos estaban fráncamente agradecidos por la visita. Alguno nos decía: "Gracias por venir chicos... hacía un par de años que no se atrevía nadie".
Sonó la sirena, se retiraron todos y nosotros impactados volvimos a recoger todo, lo volvimos a cargar en los carros, y conforme pasamos de vueta por los pabellones, ésta vez no estaban vacios, los presos nos esperaban y nos daban la mano través de las rejas. No se quien estaba más agradecido... si ellos con nosotros o nosotros con ellos...
A la salida, otra vez registros... y mucho cachondeo con la Ertzaintza y los funcionarios. Era lógico ya que de ésa cárcel en los 80 se fugó un preso metido en los bafles de un cantautor que fue a tocar, jejeje... UN ABRAZO PEÑA!!!
- Txiki -
Pd. Siento la charla... pero es que la experiencia fue demasiado intensa.