A
Hola.
Otra experiencia nueva que podré añadir a mi estancia en China…
El sábado fui a darme un masaje de cuerpo entero y a someterme a la acupuntura por primera vez en mi vida. Llevaba unas semanas con unas molestias en el hombro y brazo derecho que a veces incluso me impedía girar bien la cabeza.
En el hotel donde estoy alojado hay un bar en el que coincidimos mucho una serie de personas (en este bar ha sonado hasta flamenco de lo más tradicional, ¡anda que no!). La jefa del bar suele ir mucho a un hospital para que le den masajes y tuvo la idea de charlar con los profesionales del hospital. El caso es que por las tardes, de las seis de la tarde hasta las doce de la noche, vienen tres profesionales al hotel (después de acabar su jornada en el hospital).
Yo me decidí a ir y ver qué pasaba. Le expliqué a la chica un poco lo que me pasaba y me senté en una silla para que ella me “examinara”. Me toco los hombros, la espalda y creo que enseguida supo dónde estaba mi problema. Me tumbé en una camilla (de esas con agujero para meter la cara) y me volvió a tocar para examinar otro poco.
Acto seguido apareció con las agujas... La primera me la llevé en la cabeza, más o menos en la coronilla, otra en el brazo derecho, cuatro en la nuca y otras cuatro en la parte baja de la espalda, en el “lomo”. La verdad es que apenas se nota el pinchazito al principio, pero la que me pusieron en el lomo izquierdo sí que la noté (se ve que es una zona más débil y sensible). Luego seguí un rato tumbado y con las agujas todas en su sitio. Cuando respiraba muy profundamente me molestaba un poco la dichosa aguja de la izquierda (por no decir la aguja de los cojones). Como me sudaba mucho la frente de apoyarla contra el borde del agujero para meter la cara, solía mover un poco la cabeza, y al hacer eso también me molestaban las agujas que tenía en la nuca. Para que no tuviera frio, una de las dos chicas me echó una sábana por encima y a los veinte segundos le dije que me quitara la sábana: insoportable... El peso de la sábana era suficiente para que TODAS las agujas me molestaran.
Luego me pusieron dos focos de estos que dan calor y pasé un rato de lo más agradable. De vez en cuando venía una de las dos chicas y hacía girar una especie de tuerca que tienen las agujas en la cabeza; se ve que así crean y liberan energía en el cuerpo, etc. Por lo demás estuve con las agujas y el calor una hora practicamente. Me quitaron las agujas, me di la vuelta para que me dieran el masaje, y como si nada.
Me dieron un masaje de cuerpo entero que también me dejó el cuerpo en su sitio. En total estuve dos horas y media ahí dentro.
Hoy me duele todo mucho menos que ayer y, según me han dicho, mañana no debería sentir nada de dolor. Parece increíble lo que hacen unas agujas de esas...
Cuando os diga el precio de todo (acupuntura y masaje) no os lo vais a creer: 12 €; sí, aunque parezca mentira. En España por doce euros no te cogen ni el teléfono para concertar cita...
En fin, que aprovecharé de nuevo antes de largarme, porque merece mucho la pena, y no sólo por el precio...
Hasta otro ratito.
Saludos.
Otra experiencia nueva que podré añadir a mi estancia en China…
El sábado fui a darme un masaje de cuerpo entero y a someterme a la acupuntura por primera vez en mi vida. Llevaba unas semanas con unas molestias en el hombro y brazo derecho que a veces incluso me impedía girar bien la cabeza.
En el hotel donde estoy alojado hay un bar en el que coincidimos mucho una serie de personas (en este bar ha sonado hasta flamenco de lo más tradicional, ¡anda que no!). La jefa del bar suele ir mucho a un hospital para que le den masajes y tuvo la idea de charlar con los profesionales del hospital. El caso es que por las tardes, de las seis de la tarde hasta las doce de la noche, vienen tres profesionales al hotel (después de acabar su jornada en el hospital).
Yo me decidí a ir y ver qué pasaba. Le expliqué a la chica un poco lo que me pasaba y me senté en una silla para que ella me “examinara”. Me toco los hombros, la espalda y creo que enseguida supo dónde estaba mi problema. Me tumbé en una camilla (de esas con agujero para meter la cara) y me volvió a tocar para examinar otro poco.
Acto seguido apareció con las agujas... La primera me la llevé en la cabeza, más o menos en la coronilla, otra en el brazo derecho, cuatro en la nuca y otras cuatro en la parte baja de la espalda, en el “lomo”. La verdad es que apenas se nota el pinchazito al principio, pero la que me pusieron en el lomo izquierdo sí que la noté (se ve que es una zona más débil y sensible). Luego seguí un rato tumbado y con las agujas todas en su sitio. Cuando respiraba muy profundamente me molestaba un poco la dichosa aguja de la izquierda (por no decir la aguja de los cojones). Como me sudaba mucho la frente de apoyarla contra el borde del agujero para meter la cara, solía mover un poco la cabeza, y al hacer eso también me molestaban las agujas que tenía en la nuca. Para que no tuviera frio, una de las dos chicas me echó una sábana por encima y a los veinte segundos le dije que me quitara la sábana: insoportable... El peso de la sábana era suficiente para que TODAS las agujas me molestaran.
Luego me pusieron dos focos de estos que dan calor y pasé un rato de lo más agradable. De vez en cuando venía una de las dos chicas y hacía girar una especie de tuerca que tienen las agujas en la cabeza; se ve que así crean y liberan energía en el cuerpo, etc. Por lo demás estuve con las agujas y el calor una hora practicamente. Me quitaron las agujas, me di la vuelta para que me dieran el masaje, y como si nada.
Me dieron un masaje de cuerpo entero que también me dejó el cuerpo en su sitio. En total estuve dos horas y media ahí dentro.
Hoy me duele todo mucho menos que ayer y, según me han dicho, mañana no debería sentir nada de dolor. Parece increíble lo que hacen unas agujas de esas...
Cuando os diga el precio de todo (acupuntura y masaje) no os lo vais a creer: 12 €; sí, aunque parezca mentira. En España por doce euros no te cogen ni el teléfono para concertar cita...
En fin, que aprovecharé de nuevo antes de largarme, porque merece mucho la pena, y no sólo por el precio...
Hasta otro ratito.
Saludos.