Día después de un concierto, los nervios ya se han pasado, las luces ya se han apagado, el público se ha marchado, ya te has despedido del resto del grupo hasta el próximo ensayo. Ahora estás en la cama, recién despertado, rememorando lo que ha ocurrido hace unas horas, antes de llegar a casa, con cierta cosilla en el estomago y una sensación de paz que te envuelve y que te hace sonreír, tú solo, en tu habitación, rememorando...
Rememorando ese momento en que salís todos al escenario y la gente está esperando, esperando a que les transmitáis algo que tú estás dispuesto a darles, junto con tu grupo, tu familia.
Rememorando el momento en que el cantante ha acabado de presentaros y te mira para que des esos 4 palos que inician el primer tema, cuando tienes la misma sensación que tirarse a una piscina desde un acantilado: EMPIEZA LA MAGIA.
Rememorando como va avanzando el espectáculo, tocando esos temas que tantas veces has ensayado, pero que suenan como si fuera la primera vez, rescatando la emoción de la música desde algún sitio desconocido que te da la energía del directo, y el público te responde, elevando el show al cielo.
Rememorando, para ti, el momento más mágico:
“Vamos a improvisar este tema y presentamos a cada uno” dice el cantante:
y vas dejando espacio a todos.
Y por fin te toca, es tu momento, no sabes que vas a hacer, cierras los ojos y te lanzas, improvisas tu solo y sientes que la cosa funciona, el técnico te regala con un sonido que te arropa y te acaricia y tus manos improvisan como nunca lo habían hecho (es por la gente, se lo debes). Y el público te envía su cariño y su ovación y en ese momento, tienen sentido todas las horas de estudio, todo el dinero gastado, toda la pasión puesta, en esos instantes cobra sentido tu vida, más sentido del que nunca hubieras llegado a imaginar y te sientes afortunado.
Se acaba el show. La gente se acerca a felicitaros, con la sonrisa de haberlo pasado bien dibujada en su rostro y clavándose en tu corazón.
Y cuando ya has acabado de cargar la batería en el coche ( y piensas una vez más como opción el triángulo para la próxima vida) te das cuenta de que al día siguiente, cuando te levantes, te sentirás muy bien, rozando la euforia y rememorando cada momento.
Y además...
Esta vez, tendrás ganas de compartirlo con esa otra familia: los foreros de batacas.com
Rememorando ese momento en que salís todos al escenario y la gente está esperando, esperando a que les transmitáis algo que tú estás dispuesto a darles, junto con tu grupo, tu familia.
Rememorando el momento en que el cantante ha acabado de presentaros y te mira para que des esos 4 palos que inician el primer tema, cuando tienes la misma sensación que tirarse a una piscina desde un acantilado: EMPIEZA LA MAGIA.
Rememorando como va avanzando el espectáculo, tocando esos temas que tantas veces has ensayado, pero que suenan como si fuera la primera vez, rescatando la emoción de la música desde algún sitio desconocido que te da la energía del directo, y el público te responde, elevando el show al cielo.
Rememorando, para ti, el momento más mágico:
“Vamos a improvisar este tema y presentamos a cada uno” dice el cantante:
y vas dejando espacio a todos.
Y por fin te toca, es tu momento, no sabes que vas a hacer, cierras los ojos y te lanzas, improvisas tu solo y sientes que la cosa funciona, el técnico te regala con un sonido que te arropa y te acaricia y tus manos improvisan como nunca lo habían hecho (es por la gente, se lo debes). Y el público te envía su cariño y su ovación y en ese momento, tienen sentido todas las horas de estudio, todo el dinero gastado, toda la pasión puesta, en esos instantes cobra sentido tu vida, más sentido del que nunca hubieras llegado a imaginar y te sientes afortunado.
Se acaba el show. La gente se acerca a felicitaros, con la sonrisa de haberlo pasado bien dibujada en su rostro y clavándose en tu corazón.
Y cuando ya has acabado de cargar la batería en el coche ( y piensas una vez más como opción el triángulo para la próxima vida) te das cuenta de que al día siguiente, cuando te levantes, te sentirás muy bien, rozando la euforia y rememorando cada momento.
Y además...
Esta vez, tendrás ganas de compartirlo con esa otra familia: los foreros de batacas.com