Cuando Mötley Crüe empezaron, no tenían ni un duro y eran además... un tanto garrulos. Digamos que sus conocimientos musicales eran más bien escasos. Así que Niki Sixx, que iba a ser el futuro bajista y principal compositor, decidió que debía "adquirir" un bajo como fuera.
Ni corto ni perezoso, cogió una funda prestada y se dirigió a una megastore de esas que hay en Yanquilandia. Entró en la tienda, y poniendo cara de gran seguridad y confianza, pidió al vendedor que le trajera tal artículo que él ya sabía que debían ir a buscar al almacén interior del establecimiento. Una vez el empleado desapareció en la trastienda, Sixx abrió rápidamente su funda vacía e introdujo uno de los bajos más acojonantes que había visto días antes en la tienda. Salió inmediatamente de la tienda y fue a ver a sus compañeros, que le esperaban para su primer ensayo oficial.
Cuando llegó, contó su magnífico robo y todos rieron y lo felicitaron por su astucia. Llegó el momento de calzarse el imponente bajo, y cuando abrió el estuche y se colgó aquella maravilla, se lo quedaron mirando y él, sorprendido les dijo: "¿Qué pasa, hay algún problema? ¿No os gusta mi nuevo bajo?"
Y alguien le contestó: "Ejem... Niki, eso no es un bajo. Los bajos, colega, tienen cuatro cuerdas... 'Eso' es una guitarra, tío..."
Sixx, pasmado, sólo acertó a decir: "¿Ah, sí? No jodas, pues no tenía ni puta idea..."
De eso a vender trillones de discos y esquiar sobre cocaína, que alguien me lo explique...