Batakator, si uno busca y busca con su lupa lo que desea ver, al final lo acaba encontrando. Creo que ya te han explicado lo que son esos anuncios. Si tú te empeñas en ver ahí más cosas, por mí adelante. Sin embargo, es prodigioso contemplar cómo cualquier cosa que tenga origen en Catalunya se analiza, desmenuza y comenta, y con qué empeño y ganas se hace. No comentas los anuncios parecidos de otras comunidades. Tú quieres destripar los anuncios catalanes, las iniciativas catalanas, a ver qué clase de infecciones encuentras, a ver cuánta maldad esconden.
Si quieres, te explico cuánta maldad esconde el Estatut catalán: hace un tiempo, en una reunión de conocidos prohombres de la meseta, un periodista catalán realizó un ejercicio de lo más ilustrativo. Allí había políticos, economistas, industriales, gente culta, distinguida y bien relacionada. El periodista, conocido allí por llevar muchos años viviendo en Madrid como corresponsal y especialista en asuntos del Estado, mantenía buena relación con muchas de aquellas personas, y a menudo comía con unos, cenaba con otros, se veían por los mentideros del Gran Madrid, etc etc. Ya os podéis imaginar.
Pues bien, nuestro protagonista repartió a todos copias del Estatut catalán, con las partes más polémicas y discutidas resaltadas. Invitó a todos a que dijeran qué partes les parecían mal y por qué. Enseguida se armó la de San Quintín, y todos sin excepción comenzaron a quejarse y a gesticular, escandalizados por tantas pretensiones nacionalistas. Estuvieron largo rato intentando convencer al periodista de que esos puntos del Estatut llevaban a España al abismo y a la rotura, etc etc.
Cuando la cosa ya estaba calentita, el periodista les hizo callar un momento, para informarles de que lo que tenían en sus manos no era el Estatut Català. Era la propuesta de Estatuto de Castilla-La Mancha, aprobada prácticamente por unanimidad por el respectivo gobierno.
Cuenta el periodista que las caras eran un poema. Algunos de ellos habían aprobado sin dudarlo un segundo ese mismo Estatuto.
La mayoría de los Estatutos de las diferentes Comunidades Autónomas son un calco del Estatut catalán, eso es un hecho, no una opinión.