Yo comparto esa misma línea de pensamiento con respecto a las mentiras.
Le diría que dos de los últimos puntos del "Credo de Nicea" riñen con la filosofía integral y coherente de tolerancia y pluralismo que predicó Jesús.
Es incoherente que un cristiano católico romano crea que el bautismo es el medio para el perdón de los pecados y la manera para reconciliarse con Dios. ¿Qué pasa con los niños no católicos o con las personas no bautizadas, en general, que llevaron vidas intachables y mueren? ¿Acaso vivieron y murieron en pecado y en enemistad con Dios? A todas luces eso es absurdo.
Y es incoherente que los católicos romanos crean en la iglesia que, como dice el Credo de Nicea, es "una, santa, católica y apóstólica". La iglesia no es "una"; ninguna lo es, ni siquiera la católica ortodoxa rusa, la greco romana de Ucrania, o la judía, la musulmana, o las religiones orientales más antiguas lo son. El pluralismo y tolerancia del cristianismo interpelan para aceptar que Dios (como quiera que se le entienda) se ha manifestado en una única forma a través de la iglesia de Roma. Se ha manifestado de las formas más inconciliables entre sí, y eso hay que aceptarlo y, sobre todo, respetarlo.
Le recordaría al papa que estos dos puntos fueron inventados por el emperador del Constantinopla y los obispos lacayos para mantener la unión y consolidar el poder en el trastavillante Imperio Romano de Oriente. Actualmente no tiene ningún sentido mantener esos puntos. Le haría ver que él, siendo papa, tiene la misma potestad para reformar y suprimir esos puntos controversiales e incongruentes con una idea integral del cristianismo puro.
Ah, y para ustedes, hermanos españoles, mis condolencias por el accidente terrible del metro. Desde Costa Rica un abrazo fraterno.