Son de distinta madera, y buenas familias, pero ambas ofrecen satisfacciones e insatisfacciones parecidas. Sinceramente, son para entretenerse y adiestrar las neuronas, pero cuando la elegida cumpla su tarea querrás cambiarla por lo que el oído, inevitablemente, exige. Son artefactos bien hechos, sin duda, pero su sonido tiene limitaciones. En todo caso, y porque son más accesibles, cualquiera de ellas es buena adquisición si uno hidalgamente reconoce que todavía no tiene el nivel que permite reconocer sus defectos (y por eso es que se fabrican).