Lemmy (Motörhead). Según sus propias palabras en su autobiografía, “me di cuenta que tenía que hacer algo diferente con mi vida el día que me desperté en la playa y me encontré comiendo una lata de alubias frías con mi peine”.
Bryan May de joven siempre quiso una guitarra, una Fender Stratocaster, pero era demasiado cara, y al no tener suficiente dinero,diseñó y construyó el mismo y con la ayuda de su padre la legendaria Red Special, el sonido inconfundible de Queen, utilizando para ello madera de caoba del marco de su chimenea y unos muelles de una vieja motocicleta.
En la autobiografía que publicó en 1990 junto al escritor Ray Coleman, Bill Wyman, bajista original de los Rolling Stones, confesó haberse acostado con más de 400 chicas durante los 2 primeros años del grupo. Haciendo cuentas, de 1962 al 64, Wyman se habría acostado con una chica distinta cada día y medio, y sin parar.
Pregunta, a ese ritmo, ¿cuándo tocaba el bajo?
Otra pregunta, a ese ritmo ¿no se seca todo manantial?
Por otro lado, Bill Wyman siempre tuvo cara de muerto, ¿pero sería por las 400?
No creo, Wyman miente, ¿qué les dijo a las 400? “Hola, soy Bill Wyman, el más aburrido de los Rolling Stones, a mi lado Charlie Watts parece un payaso borracho en el día de su cumpleaños. Eso sí, yo puedo atender una cada día y medio durante dos años.
Pregunta, los siguientes dos años, ¿a cuánto bajó el promedio?
Cuando Dave Stewart, componente de Eurythmics y, también, productor, conoció a Bob Dylan, le habló de su estudio de grabación en una antigua iglesia en Crouch End y le invitó a conocerla si pasaba por Londres, seguramente creyendo que nunca vería tal cosa. Un buen día, Dylan quiso aprovechar la oportunidad, aunque las indicaciones que tenía no eran muy completas. Se pasó por aquel barrio y encontró una antigua iglesia. Nadie le respondió, así que llamó a la puerta de al lado. “¿Está Dave por aquí?” La señora de la casa lo invitó a pasar y le dijo que Dave había salido, pero que volvería a la hora de la comida. Cuando Dave, un fontanero, regresó a casa, su mujer ya empezaba a ser consciente de quién era aquel tipo que llevaba unas horas sentado en la cocina. “Que no te entre el pánico querido, pero creo que Bob Dylan está en la cocina”, le dijo a su marido. Después de unos minutos de confusión, el incrédulo fontanero y su mujer condujeron a Dylan hasta el estudio del Dave músico que andaba buscando.
Una de Led Zeppelin... Sus excesos a la hora de tirar televisiones desde las habitaciones de los hoteles era algo bien conocido por todos en el ramo de la hostelería. Así que ahí está un buen día Peter Grant, su mánager, en la recepción del hotel Hyatt de Los Ángeles pagando a la mañana siguiente, como ya iba siendo costumbre, por una docena de televisores destrozados. “¿Sabe?”, le dice el recepcionista, “siempre he querido tirar una televisión por la ventana”. Grant pone un fajo más de billetes encima de la mesa y le dice: “Aquí tienes, hijo, destroza uno a nuestra cuenta”.
Berlin es uno de los discos más recordados de Lou Reed, a pesar de ser su álbum más desolador, en el que el neoyorquino se explayaba documentando la ansiedad, la frustración sexual y la desesperación. Uno de sus cortes, “The Kids”, que habla de la separación de una madre de sus críos, contiene unos inquietantes gritos de unos niños que se alargan durante varios minutos. Para lograr unos chillidos auténticos, el productor Bob Ezrin encerró a sus hijos en el estudio con la cinta grabadora corriendo y les dijo que su madre había muerto.