Lanzado en 1.997 como doble vídeo-cassette y reeditado en DVD en 2.002 sin más añadidos que los de las funciones propias de los menús del formato digital, “Under the table and drumming” captó en seguida la atención de los aficionados a la batería.
Si bien en los USA la Dave Matthews Band vende discos a millones y disfruta de una popularidad enorme, su música no es tan apreciada fuera de sus fronteras. Sus canciones, muy personales y cruzando fronteras entre diversos estilos desde el folk de cantautor hasta el funk más potente -pasando por el pop-rock, country o latin-, destilan maneras muy norteamericanas, y como sucede con algunos otros super-grupos (como Fleetwood Mac o The Eagles, por ejemplo), su gran mercado está ahí, donde entienden y aprecian fácilmente todas las facetas de su repertorio en todo su conjunto. Han venido a Europa de forma muy esporádica y, aunque llenando con toda facilidad enormes recintos en el Reino Unido con entradas carísimas, no han intentado promocionar demasiado su música por estas latitudes. Cuestión de marketing, supongo.
Con una formación fuera de lo común -un violinista súper-carismático y un multiinstrumentista de viento fijos-, los directos son su punto fuerte, con una calidad fuera de lo común y unos arreglos espectaculares como pocos. Por supuesto, la música es excelente y se han ganado el éxito, el respeto y la admiración de muchos a pulso. El señor Matthews es un gran compositor y letrista, y cuesta creer que un viejo grupo de amigos que se reunían en un bar y soñaban con ganarse la vida con la música hayan llegado tan lejos y con tanta fuerza.
Pero quien brilla con luz propia tanto en los discos como en los directos es nuestro protagonista: el nunca suficientemente valorado Carter Beauford, uno de los bateristas con más gusto y musicalidad del panorama actual.
En este DVD, se da un repaso a los temas más representativos de la DMB desde el punto de vista de la batería, pertenecientes a los exitosos discos “Under the table and dreaming” y “Crash”. Todos ellos han sido hits en América y no es de extrañar, su equilibrio entre calidad y comercialidad es impresionante y convertirán en fan a más de uno. Vemos a Carter ejecutando los temas, en una versión más compleja y rica que la propia de los discos, y que también utiliza en los directos por su espectacularidad y efectismo (single-rolls por los platos cruzando los brazos, licks megaexplosivos de platos y caja haciendo molinos también con los brazos, redobles de toms y caja espectaculares que cruzan los compases y no se acaban nunca...)
Al cabo de cada canción explica algunos de estos licks y algunos patrones, aclarando humildemente que algunos los ha “robado” de Cobham o Chambers y los ha adaptado a su estilo, tocándolos despacio y ofreciendo variaciones para que veamos sus posibilidades.
Entre canción y canción se suceden trozos de entrevistas donde comenta esas mismas canciones así como aspectos de su banda, la relación con sus compañeros, sus orígenes, su aprendizaje y su trayectoria en bandas de jazz-fusión. Se incluyen también agunos fragmentos de la DMB en directo. También nos habla de algunas claves que le han permitido forjar su estilo personal, como el trabajo con el charles, su afición por los single-rolls, el trabajo de pies pisando dos pedales con el mismo pie, consejos para iniciarse en la ejecución abierta, etc. Si bien no nos propone ejercicios concretos, si nos da pistas para entender lo que hace más a menudo, tocando algunos ritmos y patrones de forma más pausada para que nos hagamos una idea. Todo está en inglés sin subtítulos, y hay que tener un cierto nivel para entenderlo, ya que habla un poco rápido y no vocaliza tan claramente como otros más acostumbrados a hablar en público. Tampoco es que no se le entienda ni mucho menos, y los ejemplos son perfectamente comprensibles, si bien se pueden perder detalles de su discurso cuando habla más fluidamente en las entrevistas o explica de dónde viene una idea que está mostrándonos.
Carter llama la atención por muchos y variados motivos: toca con ejecución abierta, con la batería dispuesta de forma convencional -él es diestro-, pero tiene el ride a su izquierda y toca como un zurdo. El motivo no puede ser más tonto: de pequeño, veía al tipo del televisor tocando y él simplemente creía que debía imitarlo exactamente como lo veía, tocando como si fuera su reflejo en un espejo. Así que durante años creyó que el hi-hat se tocaba con la izquierda y la caja con la derecha, sin cruzar las manos. De mayor, vio que podía desarrollar una técnica abierta propia, y a ello le inspiraron ídolos como Billy Cobham o Dennis Chambers, a los que idolatra y quienes también han tocado mucho con ejecución abierta, especialmente Cobham, que ha llegado a ser completamente ambidiestro, al igual que Beauford.
Otra de sus rasgos más característicos es su trabajo con el hi-hat, que domina a la perfección, intercalando golpes y silencios, asincopando mucho los patrones y dando lugar a combinaciones preciosas que dan vida propia al ritmo a lo largo de las canciones. Usa mucho los splahes que tiene repartidos por su kit Yamaha, y a veces recuerda al mejor Manú Katché.
Su sentido del groove es prodigioso, y funkea como muy pocos, es heredero de la tradición de Cobham, Chambers, Bernard Purdie o Tony Thompson por citar a unos pocos. Su musicalidad y su exquisito detallismo son sorprendentes y cuando lo oyes sabes inmediatamente que es él, sin dudarlo. Eso es algo que pocos pueden decir. Puede ser un baterista muy explosivo y administra las dinámicas con increíble sentido de lo que es adecuado a cada momento de la canción. Y lo más importante, sin él la DMB perdería mucho pero que mucho. Es realmente la pieza clave, el motor sobre el que se sustentan todas las composiciones que contienen batería o percusión.
No es lo que se dice un DVD instructivo, y su precio es demasiado elevado, ignoro si son cosas de la importación o qué, pero es mucho más caro que el triple DVD de Thomas Lang, por ejemplo. A mí me ha gustado mucho porque estoy enamorado de la forma de tocar de este hombre, pero entiendo que es una compra más pasional que otra cosa. Por supuesto está muy bien para entender el tipo de estilo que utiliza Beauford y para aprender algunos de sus trucos (que de fáciles no tienen nada, llevo semanas peleándome con un sticking de tan sólo 4 golpes que me tiene amargado), y sus fans no quedarán defraudados.
Si bien en los USA la Dave Matthews Band vende discos a millones y disfruta de una popularidad enorme, su música no es tan apreciada fuera de sus fronteras. Sus canciones, muy personales y cruzando fronteras entre diversos estilos desde el folk de cantautor hasta el funk más potente -pasando por el pop-rock, country o latin-, destilan maneras muy norteamericanas, y como sucede con algunos otros super-grupos (como Fleetwood Mac o The Eagles, por ejemplo), su gran mercado está ahí, donde entienden y aprecian fácilmente todas las facetas de su repertorio en todo su conjunto. Han venido a Europa de forma muy esporádica y, aunque llenando con toda facilidad enormes recintos en el Reino Unido con entradas carísimas, no han intentado promocionar demasiado su música por estas latitudes. Cuestión de marketing, supongo.
Con una formación fuera de lo común -un violinista súper-carismático y un multiinstrumentista de viento fijos-, los directos son su punto fuerte, con una calidad fuera de lo común y unos arreglos espectaculares como pocos. Por supuesto, la música es excelente y se han ganado el éxito, el respeto y la admiración de muchos a pulso. El señor Matthews es un gran compositor y letrista, y cuesta creer que un viejo grupo de amigos que se reunían en un bar y soñaban con ganarse la vida con la música hayan llegado tan lejos y con tanta fuerza.
Pero quien brilla con luz propia tanto en los discos como en los directos es nuestro protagonista: el nunca suficientemente valorado Carter Beauford, uno de los bateristas con más gusto y musicalidad del panorama actual.
En este DVD, se da un repaso a los temas más representativos de la DMB desde el punto de vista de la batería, pertenecientes a los exitosos discos “Under the table and dreaming” y “Crash”. Todos ellos han sido hits en América y no es de extrañar, su equilibrio entre calidad y comercialidad es impresionante y convertirán en fan a más de uno. Vemos a Carter ejecutando los temas, en una versión más compleja y rica que la propia de los discos, y que también utiliza en los directos por su espectacularidad y efectismo (single-rolls por los platos cruzando los brazos, licks megaexplosivos de platos y caja haciendo molinos también con los brazos, redobles de toms y caja espectaculares que cruzan los compases y no se acaban nunca...)
Al cabo de cada canción explica algunos de estos licks y algunos patrones, aclarando humildemente que algunos los ha “robado” de Cobham o Chambers y los ha adaptado a su estilo, tocándolos despacio y ofreciendo variaciones para que veamos sus posibilidades.
Entre canción y canción se suceden trozos de entrevistas donde comenta esas mismas canciones así como aspectos de su banda, la relación con sus compañeros, sus orígenes, su aprendizaje y su trayectoria en bandas de jazz-fusión. Se incluyen también agunos fragmentos de la DMB en directo. También nos habla de algunas claves que le han permitido forjar su estilo personal, como el trabajo con el charles, su afición por los single-rolls, el trabajo de pies pisando dos pedales con el mismo pie, consejos para iniciarse en la ejecución abierta, etc. Si bien no nos propone ejercicios concretos, si nos da pistas para entender lo que hace más a menudo, tocando algunos ritmos y patrones de forma más pausada para que nos hagamos una idea. Todo está en inglés sin subtítulos, y hay que tener un cierto nivel para entenderlo, ya que habla un poco rápido y no vocaliza tan claramente como otros más acostumbrados a hablar en público. Tampoco es que no se le entienda ni mucho menos, y los ejemplos son perfectamente comprensibles, si bien se pueden perder detalles de su discurso cuando habla más fluidamente en las entrevistas o explica de dónde viene una idea que está mostrándonos.
Carter llama la atención por muchos y variados motivos: toca con ejecución abierta, con la batería dispuesta de forma convencional -él es diestro-, pero tiene el ride a su izquierda y toca como un zurdo. El motivo no puede ser más tonto: de pequeño, veía al tipo del televisor tocando y él simplemente creía que debía imitarlo exactamente como lo veía, tocando como si fuera su reflejo en un espejo. Así que durante años creyó que el hi-hat se tocaba con la izquierda y la caja con la derecha, sin cruzar las manos. De mayor, vio que podía desarrollar una técnica abierta propia, y a ello le inspiraron ídolos como Billy Cobham o Dennis Chambers, a los que idolatra y quienes también han tocado mucho con ejecución abierta, especialmente Cobham, que ha llegado a ser completamente ambidiestro, al igual que Beauford.
Otra de sus rasgos más característicos es su trabajo con el hi-hat, que domina a la perfección, intercalando golpes y silencios, asincopando mucho los patrones y dando lugar a combinaciones preciosas que dan vida propia al ritmo a lo largo de las canciones. Usa mucho los splahes que tiene repartidos por su kit Yamaha, y a veces recuerda al mejor Manú Katché.
Su sentido del groove es prodigioso, y funkea como muy pocos, es heredero de la tradición de Cobham, Chambers, Bernard Purdie o Tony Thompson por citar a unos pocos. Su musicalidad y su exquisito detallismo son sorprendentes y cuando lo oyes sabes inmediatamente que es él, sin dudarlo. Eso es algo que pocos pueden decir. Puede ser un baterista muy explosivo y administra las dinámicas con increíble sentido de lo que es adecuado a cada momento de la canción. Y lo más importante, sin él la DMB perdería mucho pero que mucho. Es realmente la pieza clave, el motor sobre el que se sustentan todas las composiciones que contienen batería o percusión.
No es lo que se dice un DVD instructivo, y su precio es demasiado elevado, ignoro si son cosas de la importación o qué, pero es mucho más caro que el triple DVD de Thomas Lang, por ejemplo. A mí me ha gustado mucho porque estoy enamorado de la forma de tocar de este hombre, pero entiendo que es una compra más pasional que otra cosa. Por supuesto está muy bien para entender el tipo de estilo que utiliza Beauford y para aprender algunos de sus trucos (que de fáciles no tienen nada, llevo semanas peleándome con un sticking de tan sólo 4 golpes que me tiene amargado), y sus fans no quedarán defraudados.