Gracias por compartir tus pensamientos y sentimientos con nosotros.
Yo quizá diga cosas fuera de lugar, pero quizá puede que diga algo que te pueda servir, así que merecerá la pena y me arriesgaré a expresar lo que siento:
Hay cantidad de factores a tratar aquí. Algunos muy sutiles.
Yo conozco un poco el mundo profesional de las artes escénicas en general. He tenido la posibilidad de dedicarme profesionalmente al teatro y a la interpretación, y terminé alejándome de ese mundo como profesión "convencional" (aunque he seguido haciendo muchas cosas relacionadas). He trabajado en el teatro y en la música.
Son muchos factores, y es para mi una sutil verdad que muchas veces, cuanta menos necesidad psicológica tienes de estar ahí, es cuando te mueves mejor en ese mundo; no te preocupas, te ocupas. Fluyes con una frescura y una naturalidad que te hace llegar a todas partes.
Recuerda la historia que contaba Toni Mateos cuando decía que las cosas le venían del lugar más insospechado, pues tocando en una historia que quizá poco tenía que ver a primera vista con sus objetivos, pues una persona que estaba allí se fijó en él y lo puso en contacto con un proyecto más interesante.
Hay que dejar a un lado la mente que cree saberlo todo, que juzga y dice rápidamente lo que está bien y lo que está mal, y con sus juicios no nos permite abrirnos a nuevas posibilidades.
Quizá se te presente un trabajo que jamás pensarías que puede conectarte con tu meta, y lo rechazas esperando una oportunidad más sonada. Pero quizá las cosas no funcionan así, quizá el que llega arriba es porque estando abajo ya siente que ha conquistado su meta porque simplemente está tocando.
Otra cosa es que si yo dedicase al estudio de la batería (pero estudio práctico) todo el tiempo que le estoy dedicando a éste foro, yo mejoraría más en técnica y ejecución... una pregunta que puedes hacerte es: ¿hasta dónde quiero llegar y a qué estoy dispuesto a renunciar para ello?
Si es una vocación vital, esas renuncias no las sentirás como tales, porque nacerá de ti la dedicación plena.
Por otra parte, yo no sé tu nivel técnico, pero sabes que un músico es un artista y son muchas cosas las que influyen en tu forma de tocar (además de requerir un mínimo de control y dominio de la técnica), hasta el punto de que, como bien sabes, hay bateristas que con pocos recursos transmiten una riqueza de mensajes tocando que suplen con creces sus limitaciones técnicas, llegando a transmitir mucho más que otros que no hacen más que incrementar su técnica en un intento desesperado de suplantar su vacío artístico esencial con acrobacias de circo.
Hay que sentir, y para eso hay que abrirse y dar.
Muchos "artistas" emanan una actitud de ser adorados, de estar ahí para ser venerados por los demás. Buscan recibir algo a través de estar sobre un escenario. Tienen la impresión de que su "arte" es algo que brilla por sí mismo y es suficiente para ser admirados por ello.
Pero está aquél que no se sube al escenario a recibir sino a dar. No espera que el aplauso llene su vacío, sino que está lleno de algo en su interior, que es bueno y quiere ser compartido en un acto de generosidad con los demás.
Pero necesita de una manifestación artística para poder ser compartido. Necesita de la música, de la poesía, del movimiento, la danza, de un acto total.
El arte no es así un fin para conseguir algo del exterior, sino un medio o herramienta a través del cual yo consigo compartir algo bueno que yo llevo dentro de mi y que de otro modo no podría transmitir.
Desde luego, hay un principio común a todas las artes escénicas: si tú te lo pasas bien, el público se lo pasa bien.
El público recibe lo que tú sientes en el momento de la expresión. Si estás gozando indescriptiblemente con lo que haces, da igual lo que ésto sea, siempre será inmenso el placer de verte, de sentirte, de abrirse a ti.
Por supuesto, hay unos requisitos mínimos de calidad que varían según la envergadura de un proyecto y la profesionalidad. Pero todo eso es nada al lado de lo esencial. Y lo esencial es invisible a los ojos pero cuando se hace presente todos lo sienten.
Si estás sintiendo inseguridad, malas sensaciones tocando, si no consigues encontrarle el placer a hacer lo que haces, será difícil que alguien que esté escuchando ahí fuera capte "ESO" que se va buscando de todo artista: que te contagie un estado interior especial que es capaz de modificar tu estado interior cuando él se expresa, porque el artista es aquél que logra expresar lo que otros sienten pero no logran manifestar, e incluso a veces olvidan.
Y agradecen que alguien sea capaz de hacer visible y manifiesto "ESO" que ellos buscan. Y "ESO" a veces no es más que un estado de presencia, de concentración, de estar en lo que estás y disfrutar con ello.
Porque en cada golpe puedes estar haciendo estallar un cúmulo indescriptible de pasión y alegría.
Y da igual si tocas una de Chick Korea o estás tocando "Chiquilla" del famoso impresentable ese que ahora no podemos nombrar. Quizá eso sea ser un profesional... da igual si los demás lo ven o no y cuántos te aplauden por ello. Lo importante es que lo vivas tú.
En fin, mucho se puede decir, pero al final lo que de mi sale para tí es lo siguiente: llena cada uno de tus golpes de pasión por lo que haces, irradia contínuamente lo mejor que encuentres dentro de ti, y olvídate del juicio que tenga tu ego con respecto a la situación n la que tocas o con respecto a tí mismo.
Entrégate a cada momento y haz lo correcto, sin pararte a pensar en los frutos de tu acción (no dependen de ti).
Si estás pensando en los resultados que vas a obtener haciendo lo que haces, no estás en lo que haces, estás en los resultados, por lo que tu acto no es TOTAL.
El acto ha de ser TOTAL, no busques el trabajo, no busques el aplauso, sencillamente TOCA LA BATERÍA.
Eso es lo que depende de ti.
Los resultados, déjaselos a la vida, no pienses demasiado, haz lo que sientes y no te rindas jamás ante lo que te apasiona.
Un abrazote
Rubén